Es curioso, estoy de capellán en una de las facultades donde más debería amarse la verdad y, sin embargo, el mayor afán es de camuflar la propia verdad para poder vender opiniones.
Realmente, hasta el edificio es frío. Muy moderno, pero parece que le falta alma.
Gracias a Dios, ya no existe la beligerancia anticristiana que le caracterizaba hace una década, pero ha sido sustituída por una falta de interés apabullante. No sé qué prefiero. Antes podías pelearte, defender la verdad, exponer tus puntos de vista. ahora ya no hay sujeto capaz de pensar. Prefiero un ateo que piensa, que un cristiano cómodo y aburguesado o "hamburguesado". Por lo menos el primero busca la verdad, el segundo no busca ni a Dios.
Tengo una cierta tentación de desánimo. El lunes no vino nadie a Misa y habitualmente celebro para una sola persona. Los católicos que trabajan y estudian aquí, que porcentualmente deberían ser varias docenas, no aparecen. El ambiente que queda reflejado es como si tuvieran miedo del qué dirán y se han hecho con la facultad los que no creen.
Estoy en territorio de misión, pero estoy casi solo. Es cierto, que algún apoyo sí tengo y hay algunas (dos) personas que quieren evangelizar. Lo que me ha hundido ha sido conocer a un católico, que en su parroquia es del consejo parroquial, y en su lugar de trabajo nadie sabe que cree en Cristo. ¿Qué estamos haciendo?
Dios mío, danos fuerza, corage, valentía y una gran dosis de alegría y humanismo. A ver si podemos sacar algo de este estercolero universitario en el que algunos han convertido esta facultad y no hablo de los que se oponen a que exista una capilla, sino de los cristianos frívolos, trémulos, cobardes y acomodaticios.
A ésos es a los que aborrezco, deberían evangelizar, sembrar la facultad de sonrisas, hacer fácil la convivencia con todo el mundo, pero como son cobardes sólo saben quejarse y desaparecer, mirar acusadoramente a todo el mundo y NO HACEN NADA, ¡Qué vergüenza!. Hay días que me gustaría quemar la Iglesia con toda esa gente dentro. Son los que abochornan el nombre de cristianos. Es por ésos por loos que los paganos no respetan a la Iglesia porque se creen que todos somos iguales.. Los otros; los paganos; por lo menos luchan, combaten... ¡viven! El día que consigamos conquistarles serán una auténtica fuerza apostólica.
Si persevero aquí no es por esos cristianos sino por un trabajador de la biblioteca y por un profesor que hacen lo que pueden, con poco fruto y mucho amor de Dios. Y por toda esta turba de personas que no conocen a Cristo, pero tienen sed de algo más en sus vidas de lo que se les está ofreciendo en este mundillo corrupto y rancio del periodismo decimonónico trasnochado.
A ver si conseguimos levantar el nivel y crear una generación de periodistas amantes de la verdad, competentes, grandes profesionales de los medios, que sepan sacar a España adelante. Con la verdad por bandera. Y su búsqueda por meta.
Por Cristo, por la Virgen, por España.... MÁS, MÁS Y MÁS.
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