sábado, 5 de febrero de 2011

¿La JMJ... en Madrid... Estáis seguros de que va a dar frutos? Una apuesta decidida por los jóvenes del Papa, perdón... de Cristo.

Pte. del Consejo Pontificio para los Laicos.


El cardenal Rylko, durante un momento de la entrevista, en la Universidad Santa Cristina en El Escorial

«España representa problemas que afrontar y valores cristianos»
El cardenal Stanislaw Rylko ha visto nacer las Jornadas Mundiales de la Juventud, instituidas por Juan Pablo II en 1985. Desde entonces su dicasterio tiene a cargo la preparación de estos encuentros multitudinarios en los que la Iglesia descubre «su rostro más joven». El cardenal Rylko ha recibido a ABC en El Escorial, sede estos días de un encuentro preparatorio de la JMJ, que tendrá lugar en Madrid el próximo mes de agosto.
ABC
Al hilo de un pontificado: el gran "sí" de Dios
Ramiro Pellitero
—¿Por qué se ha elegido España para celebrar la próxima JMJ?
        —España es un país muy importante, que influye en la sociedad de hoy y, sobre todo, en la vida de los jóvenes. Además, España tiene un contexto cultural e histórico igualmente clave para analizar la situación en la que nos encontramos. España representa no solo los problemas que hay que afrontar, sino los grandes valores cristianos, que surgen a partir del Apóstol Santiago y que debe compartir con el resto de Europa. España tiene muchas cosas que decir y recordar con respecto a las raíces cristianas de Europa.
—¿Qué buscan los jóvenes en la JMJ?
        —La Iglesia tiene la llave para abrir el corazón, no solamente de los jóvenes sino de todos. Esta llave, que es Jesucristo, es nuestra batalla, porque en Jesucristo se encuentra una respuesta fundamental, que proviene de Dios mismo y que llega hasta el corazón. Y por eso sucede que el corazón de los jóvenes bate en las JMJ. En una ocasión Juan Pablo II dijo que lo que los jóvenes buscan en ellas no es tanto el encuentro con el Papa como con Cristo. Él es el protagonista de cada JMJ. El sucesor de Pedro, el Papa, es el puente.
—Nos llega la noticia de Roma que Juan Pablo II será beatificado en mayo. ¿Qué significó su pontificado para las JMJ?
        —Sabemos lo que significaban los jóvenes para Juan Pablo II. Él se describía como «amigo de los jóvenes», aunque no podemos dejar de añadir que era un amigo muy exigente porque les amaba, pero tenía metas muy altas para ellos. Recordamos las palabras de Juan Pablo II en el encuentro en Santiago: «¡No tengáis miedo a ser santos!». Para él los jóvenes eran también una epifanía muy particular de la Iglesia porque decía que con ellos la Iglesia descubre su rostro joven. El progreso de la vida parroquial diaria demuestra desafortunadamente que su rostro es de gente de ochenta años, mientras que las Jornadas Mundiales son una prueba de que la Iglesia tiene nuevos recursos para su presente y su fututo.
—Usted ha estado desde el inicio de las JMJ. En aquella época casi nadie creía en ellas. ¿Qué pensó cuando el Papa le encargó la preparación de estos encuentros?
        —Esta fue una decisión definitivamente contracorriente porque eran los años 80 y todavía en aquella época tenían mucha fuerza las opiniones culturales, sociales e ideológicas de los años 60. Juan Pablo II, sin embargo, tuvo el gran valor de confiarse a los jóvenes. Ha tenido el corazón de retarles y de ver en ellos la nueva evangelización. Creo que este aspecto profético del Papa fue muy importante hace 25 años para iniciar estas JMJ. Y otro aspecto también contracorriente es que el Papa en esta época de grandes manifestaciones de masas escogió justamente este método para reunirse con los jóvenes, que ha ayudado sin duda a vivir la experiencia de una Iglesia joven. Ha sido una decisión tomada por el venerable Siervo de Dios que hasta el día de hoy sigue sorprendiéndonos a todos..
 

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