domingo, 24 de abril de 2011

VIGILIA PASCUAL, FUEGO NUEVO, PASCUA ETERNA DEL HIJO DE DIOS:


¡¡¡ Resucitó, Resucitó el Señor, Resucitó la Esperanza !!! ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA...

¡Qué maravilla! Quien no ha vivido la Vigilia Pascual no tiene ni idea de lo que se nos ha dado en la Pascua. Anoche, después de horas preparándolo todo y ensayando los cantos, el prefacio, la comunión todo cantado, salvo el Pregón; porque sólo me sé el Pregón de Kiko; por fin nos vino la Pascua.

Un apunte: las lecturas siempre las había hecho a oscuras porque en todas las parroquias mis párrocos decían que era a oscuras. Este año, preparando la Vigilia por mi cuenta descubrí que el Misal dice claramente que las luces de la parroquia se encienden al tercer canto de "Luz del mundo", cuando el cirio pascual es entronizado en su pedestal. Más tarde, antes de cantar el Gloria, se encienden las velas del altar.

Pues bien, este año pregunté a Javier Mairata, secretario de Santa Bárbara, hasta ahora se ha hecho así (además acababa de comprar las linternas para hacer las lecturas a oscuras), pero mira lo que pone en el Misal... Tras leerlo despacito, me mira y me dice: "Si eso es lo que pone, hagamos lo que dice la Iglesia". Si es que los laicos tenéis menos complejos que los curas. ¿Para qué nos vamos a liar? Hagamos lo que dice la Iglesia y fiémonos.

También me dijo que no leyéramos las siete lecturas del Antiguo Testamento o la gente no volvería. A eso me negué. O vivimos la Vigilia Pascual completa o que vayan a Misa por la mañana. Si queremos tijeretar la Historia de la Salvación, no celebremos la Vigilia a media noche.

Celebramos todo como hemos descubierto que dice la Iglesia y con la liturgia completa. Cantando todo lo que pudimos, salvo el Pregón Pascual. Disfrutamos como enanos, resucitamos con alegría y todo el mundo nos dijo después (salvo tres personas que se salieron antes de comenzar la liturgia eucarística) que se les había hecho corto, que las lecturas las habían escuchado mejor que nunca. Que a oscuras se dormían. También Javier me dijo que prefería el nuevo sistema, aun con las siete lecturas... Je.

Sinceramente, disfruto más con la Vigilia Pascual cada año, que lo que recuerdo que pasé con mi primera Misa.

Esto es una maravilla. ¡Oh, noche maravillosa! Cristo ha Resucitado. Dios tiene razón. Ha triunfado el amor sobre el pecado y la muerte. Es posible perdonar. Nos espera el cielo. Si Cristo no ha resucitado la última palabra la tiene el pecado, la violencia y la muerte. es absurdo perdonar, machaca a quien te amenace porque sólo los fuertes tienen derechos. Pero Cristo se ha alzado triunfante de su sepulcro y ya no está limitado por su debilidad humana. Su carne ha sido glorificada y ahora su divinidad transe su carne hasta tal punto que adoramos su humanidad. Esa carne me salva. Salva al mundo y hace posible que lo que espero sea cierto. El amor vence, el odio y la violencia tienen los días contados y se devoran a sí mismos. Los crucificados son los herederos del mundo.  

Por cierto, ¿os habéis dado cuenta de que Jesús sólo nos llama "hermanos" tras la Resurrección? Hasta entonces, como mucho éramos amigos. Ya era mucho. En principio deberíamos ser esclavos de Dios, pero Él ha querido compartir su vida con nosotros y nos hizo sus amigos. Por fin, el Padre con la Resurrección de Cristo ha elevado su naturaleza humana glorificándola para poder recibir sin límites la vida divina de la Trinidad. Eso ha hecho con mi pobre naturaleza. Soy hijo de Dios en Cristo. Desde entonces, Jesús ya no me llama amigo, sino HERMANO.

Esta mañana he celebrado dos Misas. Las dos más largas de lo que yo suelo hacer nunca. En una lo he cantado todo, aunque cantara yo solo. En la otra, hemos bautizado a cuatro niños, uno de ellos es un chaval de primera comunión y todos los que van a comulgar este año han renovado las promesas bautismales y han recibido la cruz.

Alguno habrá deseado matarme porque la Misa ha durado una hora y diez minutos, pero algunas personas me han dicho que se les ha pasado muy rápido todo. Si el Domingo de Resurrección no podemos celebrar la Misa tranquilos, con toda solemnidad y adorando a Dios sin mirar el reloj... ¿Cuándo vamos a hacerlo? Siempre mido mucho los tiempos, pero hoy me ha dado todo igual, salvo regodearme en la Resurrección del Salvador.

Dentro de cincuenta días vendrá el Espíritu para que Resucitemos también nosotros.

Hoy es un día muy especial porque un Cristo muerto no me sirve para nada. Yo no sigo un evangelio muerto. O me encuentro con la Persona del Resucitado (el que Vive) o no tengo salvación ni aunque sea muy bueno. O Cristo vive y me salva o apaga y vámonos... pero también es cierto que la Resurrección de Cristo no me sirve demasiado, sino para saber que todo es cierto. O Resucito también yo o estamos apañados. Es necesario que pueda tener la misma fuerza de Cristo, es necesario que pueda amar con su propio corazón. Necesito que lo que pasó en su cuerpo, suceda también, algún día, en el mío. Dios no podía quedarse en eso, por eso previó enviarnos el día de Pentecostés a quien actualizaría la Salvación para mí. No se contentó con triunfar en Cristo, quiso regalarme un Don precioso: su Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo, a través de quien realizaba sus milagros y salvaba al mundo. ¿Quieres salvar al mundo? Hoy el Espíritu Santo obra a través de la Iglesia, salva a cada persona con la que te topas, si tú estás dispuesto a dejarte hacer, a través de tu carne. La fuerza de Dios obra en tu debilidad.


Gracias a Dios no voy a volver a un estado anterior al pecado. Voy a asumir la misma gloria de Cristo, su mismo poder, su misma gracia, por el Espíritu Santo.

Si durante el Sábado Santo María ha sido la que nos ha unido, manteniendo el germen de la Iglesia con su esperanza. Cuando todos se habían olvidado de que Cristo ya nos anunciara que Resucitaría, María seguía albergando en su corazón la esperanza indestructible de que Dios tenía la última palabra.

¿Y a quién se apareció Jesús al Resucitar antes incluso que a la Magdalena? A su Madre, a quien le había confortado al pie de la Cruz, a quien más le ama y más ama Él.

Si queremos Resucitar y alegrarnos con la Pascua de Cristo, no hay camino más seguro que la Virgen Madre, la Unidad de la Iglesia se gesta en su seno.

¡¡VIVA LA MADRE DE DIOS!!, ¡¡VIVA MARÍA!!, ¡¡TODOS CON PEDRO, A JESÚS, POR MARÍA!!











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