martes, 31 de mayo de 2011

¿Qué hacemos los curas?

Habitualmente tenemos tanto trabajo que nos olvidamos de servir a cada persona que se nos acerca. Estamos tan obsesionados por montar grupos que cuando sólo viene una persona la despachamos diciendo: "Lo siento, no tengo ningún grupo para ti... Busca en otra parte". Y no nos damos cuenta que posiblemente, esa persona no vaya a buscar nada en ningún otro lugar. Seguramente, le ha costado bastante acercarse a hablar con el cura y le hemos rechazado.

No somos malos, simplemente tratamos de gestionar de la mejor manera el tiempo que tenemos.

A veces ocurre que damos un aviso en Misa sobre un nuevo grupo que queremos montar y como no se apunta "casi" nadie desistimos.

Gracias a Dios, de vez en cuando, los curas llegamos a parroquias donde nos bajan de la burra a guantazos.

Cuando llegué a mis parroquias, o me conformaba con dar catequesis a dos niños o no daba ninguna catequesis. Este curso me llegó un abogado pidiendo confirmarse y como tenía tiempo de nueve a diez de la noche, pude darle las catequesis. Así por lo menos hacía algo. Otro universitario me pidió confirmarse, pero sólo podía los domingos... En un trabajo que me parecía poca cosa, poco a poco, he preparado este curso a unas diez personas para que reciban el sacramento de la confirmación (jóvenes, adultos y algunos novios que han hecho el expediente matrimonial conmigo). Me ha llevado más trabajo que si hubiera montado un grupo, pero he podido prepararles personalmente y muchísimo mejor que de otro modo. Ya quisieran parroquias con más jóvenes tener el sistema de catequesis que hemos tenido en Santa Elena y Santa Bárbara, con los mejores resultados posibles. Casi todos han hecho ejercicios espirituales antes de confirmarse y han salido encantados, algunos con dirección espiritual, otros decididos a hacer ejercicios cada año.

Repito, ¿qué hacemos los curas? Lo que podemos, pero podemos hacer tanto con tan pocos... ¡Qué maravilla!

Este curso, además ya he colocado a más de doce personas con la indulgencia plenaria y los sacramentos en el Cielo. Pasado mañana celebro el funeral de un hombre al que le dí los sacramentos hace cuatro días. Hacía bastantes años  que no se confesaba, pero gracias a una amiga suya que no perdió la paciencia, se dió cuenta de la situación tan delicada en que se encontraba, confesó, recibió la unción y la indulgencia, comulgó y cuando me fuí daba gracias a Dios llorando como un niño.

 Catorce niños han recibido a Jesús por primera vez (una de ellas con catequesis en su familia y con siete años ya tiene dirección espiritual o confesión habitual). Respecto a lo de que los padres sean quienes den la catequesis, leed la exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris Consortio.

A veces es mejor estar en una parroquia pequeña para poder atender a cada uno. Si tuviera muchísimo trabajo no podría hacer lo que hago. A veces nos llevan los demonios pensando que estamos desaprovechados y otras, te das cuenta de que lo que debes hacer es ser fiel al Señor, hacer lo poquito que puedes y disfrutar de la vida con las personas que Dios ha puesto a tu lado.

Si no fuera políticamente correcto, ahora me reclinaba hacia atrás con los brazos detrás de la cabeza,  me encendía una pipa de las mías y sonriendo disfrutaría de esta noche fresca en la mejor terraza de Madrid... ¡La mía! Con lo poco que trabajo, tengo un pisito con una terraza casi más grande que el resto de mi casa... Si es que vivo como un cura.

Un abrazo a todos

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