martes, 30 de octubre de 2012

¿Pasa algo por celebrar la noche de Halloween?








Un actor disfrazado posa durante el "Halloween Horror Party 2012", en Alemania. | ReutersEs una de las tres noches más importantes de las sectas demoníacas. En esta noche, se está volviendo a las creencias celtas de que la frontera entre el reino de los vivos y el de los muertos se debilita y muchos practican artes adivinatorias o incluso juegan con la Güija. Los disfraces se vuelven más tenebrosos y parece como que es una noche en la que el mal se permite y la brujería campa a sus anchas.

Hoy por hoy, esta fiesta pagana, por mucho que algunos hayan tratado de cristianizarla, cada vez se está volviendo más y más oscura. Antes los niños simplemente iban pidiendo caramelos, hoy se mezcla con cuetiones mucho más turbias.


Realmente, el tema de los disfraces no es baladí, puesto que los niños disfrazados tratan de identificarse con los personajes que representan.

En todo caso, es un intento de celebrar cosas feas, turbias, y al final mentiras. Existe un cierto juego con Satanás y los demonios y, todo esto, no puede traer nada bueno. En todo caso, parece un cierto carnaval, con todas las pésimas consecuencias morales que traen estas celebraciones excesivas.

Mucha gente piensa que el 1 de noviembre se celebra la fiesta en la que conmemoramos a los difuntos. No es cierto, eso lo celebramos el día 2. El 1 de noviembre la Iglesia Católica celebra a todas las personas que están en el Cielo, que ya han triunfado y nos han precedido en el Reino de los Cielos. Justo lo contrario que parcen celebrar quienes disfrutan del Halloween. Disfrutar con el miedo es algo morboso que daña el corazón y dificulta las relaciones personales.

¿Qué celebramos los cristianos el Día de todos los Santos? Ante todo que Dios nos ha creado para compartir todo cuanto es y tiene con nosotros. Nos ha creado con una vocación originaria al amor. Es el amor lo que nos define y nos hace grandes y es gracias al Amor de Dios y a su Misericordia como vamos a alcanzar lo que nos promete, el Cielo.

Hoy, la víspera de todos los Santos, los paganos y ciertos cristianos que se dejan seducir por las modas celebran justo lo contrario, la llegada del infierno a nuestro mundo. ¡Bonito modo de celebrar una fiesta con nuestros hijos!

 Quizás pudiéramos evangelizar esta fecha, como hicieron los primeros cristianos. En vez de escandalizarnos, podríamos proponer positivamente algo nuevo conque nuestros hijos podrían celebrar una fiesta divertidísima y además inspiradora para los corazones. Quizás, bastaría en vez de disfrazarles de majaderos o vampiros o esbirros del Diablo, podríamos disfrazarles de mártires (también con sangre y heridas), pero que pudieran compararse e identificarse con un santo o un mártir en vez de con una criatura del infierno. ¿No os parece? Y que en vez de escupir y ensuciar las puertas, que sonrieran, trataran especialmente bien a todos con los que se encuentren y sean ellos los que repartan y compartan dulces. Que se note la diferencia entre el mundo pagano y la Luz de Cristo Resucitado. ¡Nosotros no celebramos el miedo ni el mal! Sino la luz, la alegría, la vida y que Dios nos ha creado para Amar. Sólo hay que ver la diferencia entre nuestros jóvenes durante la JMJ y los cabestros de los paganos, esos mismos días, insultando y blasfemando. ¿Nos vamos a divertir como ellos?

Es el día 2 cuando en la Iglesia rezamos por todos nuestros familiares difuntos por si acaso están en el purgatorio y pueden necesitar de nuestras oraciones para poder llegar al Cielo.

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