miércoles, 29 de febrero de 2012

Siguiente charlita para los grupos de los domingos...

ORACIÓN:

El otro día veníamos diciendo que hay tres cosas que son necesarias vivir en la Cuaresma para poder volver al Señor y estar cerca de Él y que Él nos pueda salvar.

Esas tres cosas son el AYUNO, la LIMOSNA y la ORACIÓN. Hoy vamos a hablar de ésta última.

¿ Qué es la oración? Sencillamente: hablar con Dios.

Si Jesús es una Persona, si el Padre es una Persona y el Espíritu Santo es otra Persona. Si decimos que somos amigos de cada uno y que Dios interviene en nuestra vida, es evidente que tengo que tratar con cada uno para poder ser cristiano.
Si tengo un amigo y nunca hablo con él, ¿cómo puedo decir con verdad que somos amigos? Si nunca quedamos a jugar, si nunca estudiamos juntos, si nunca estamos juntos... ¿cómo puedo llamarme amigo suyo?

Muchas veces, reducimos la oración a decir oraciones maquinalmente, sin pensar en lo que decimos. Imagínate que tu mejor amigo hablara contigo como tú "hablas" con Jesús o con la Virgen María. Seguramente, le mandarías a la porra y no querrías volver a quedar con él. Pues entonces, algo tendrá que cambiar en nuestro modo de "comunicarnos" con Jesús.

A veces nos justificamos diciendo que es que no sentimos a Jesús, o que Él no parece respondernos. Que se queda todo en un monólogo en el que sólo hablamos nosotros...

En esto hay que ver varias cosas: si cuando hablas con Jesús haces algún silencio, para ver si Él tiene algo que contarte. Muchas veces, rezamos tirados en la cama, decimos cuatro chorradas y nos quedamos tan contentos, pensando que así cumplimos. ¿Cuántas veces le has preguntado qué le parece lo que has hecho?, ¿cuántas veces le has pedido consejo?, ¿cuántas veces le has preguntado cómo lo habría hecho Él?, ¿cuántas veces te has quedado callado esperando a que responda?, ¿cuánto tiempo le has hecho esperar a Él hasta que has empezado a hablarle y cuánto tiempo esperas a que Él responda?

Otra cosa que hay que tener muy clarita es que Dios sólo habla con quienes quieren cumplir su Voluntad. Si tú nunca te esfuerzas en agradar a Dios, si nunca tratas de cumplir lo que te pide, ¿cómo quieres que pueda hablar contigo? No estáis en la misma honda, nunca vas a entender lo que te diga porque siempre te parecerá ruido de fondo. Santa Teresa de Jesús decía que lo primero necesario para escuchar a Dios es querer cumplir su Voluntad. Si no te preocupas de confesarte a menudo (como mínimo una vez al mes), si te da igual faltar a Misa, si nunca le dices nada, si nunca le ofreces algo bien hecho por Amor a Él, ¿cómo pretendes poder hablar de tú a Tú con Él?

En la medida que vamos acercándonos más a Él, ésa es la medida en que podemos escucharle mejor. Del mismo modo que a mí me costaría mucho más hablar con una persona que está a 500 metros, que con quien tengo al lado.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que la única oración válida es la que nace de la HUMILDAD, del reconocimiento de que Dios es Dios y yo soy una criatura, no somos iguales y no puedo pensar que con ponerme a rezar Él tenga que volcarse en dármelo todo. Dios me quiere con locura, pero también quiere hacerme un hombre o una mujer fuerte. Por eso, necesitamos una virtud muy importante. Quizás, después de la humildad es la virtud más importante de la vida cristiana: La PERSEVERANCIA. ¿Qué ocurre cuando en un desierto llueve torrencialmente un día? Que el agua se evapora y no sirve para nada. Si quieres convertir un desierto en un jardín tienes que regar un poco cada día. Lo mismo pasa con la oración. Si quieres entrar en comunión con Jesús no se trata de rezar un día ocho horas seguidas, sino de rezar cada día un ratito. Acostúmbrate a sacar un ratito para hablar con Dios cada día.

No hay nada que más le guste a Dios que la PERSEVERANCIA. Si rezas con sencillez y humildad un día tras otro, al cabo de un tiempo te aseguro que estarás hablando con Dios, que muchas veces experimentarás su presencia a tu lado y notarás que responde y que te habla, no como una voz, sino directamente en tu corazón, lo sentirás como la voz de tu conciencia, pero te darás cuenta de que lo que te dice no ha podido salir de tu imaginación.

Otro tema interesante es cultivar la presencia de Dios durante todo el día. Tienes que darte cuenta de que Jesús está junto a ti a cada instante: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". No se separa de ti, así que cuando tengas miedo, cuando estés solo, cuando te encuentres triste, cuando estés alegre, cuando te lo pases pipa, cuando duermas, comas o estudies, puedes decirle cualquier cosa porque está a tu lado. Una idea es que cuando vayas andando solo por la calle, te des cuenta de que camina a tu lado y puedes contarle lo que has hecho, lo que te da alegría o pena, háblale de tus amigos, de tu familia, de tus planes y proyectos, de tus ilusiones, de lo que quieres, DE LO QUE TE LA GANA. No le tengas miedo, es tu mejor amigo, está deseando que te des cuenta de que siempre está a tu lado...

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