viernes, 30 de octubre de 2015

La importancia de la parroquia: LA ÚLTIMA FRONTERA

A veces me canso de la parroquia (se llama desaliento), de hacer una y otra vez lo mismo, de intentar sacar las cosas adelante y ver que la gente va a otro "rollo", que tienen otros intereses y el apostolado no es prioritario... O quizás, lo que yo trato de sacar adelante no les interesa...

A veces me canso de tirar de gente que no quiere "ascender" o que ven que prefieren otra cosa. Me canso de sacar adelante grupos y que la gente se vaya a movimientos que "funcionan" mejor... ¡y tienen razón! y eso me saca de quicio.

Y te preguntas: ¿para qué sirve la parroquia? Cuando si quieres influir en tu ambiente es más"eficaz" un movimiento o una institución de la Iglesia distinta a la parroquia.

Y entonces ves con claridad por qué la comunidad básica eclesial, después de la familia evidentemente, es la parroquia.

No conozco ni un sólo movimiento dentro de la Iglesia que no pueda expulsar a un miembro por no cumplir los objetivos del movimiento. No conozco ni un sólo movimiento de la Iglesia que no haya surgido por una necesidad de ser "eficaz", salvo los franciscanos y quizás el oratorio de San Felipe de Neri e incluso éste surge para ser "eficaz" en la atención a los chavales.

Con lo cual los tontos, los mediocres, los que no dan la talla, incluso los que no quieren entregarse del todo, no cabrían en la Iglesia. Al final, te das cuenta de que la parroquia es la estructura más pobrecita, más pecaminosa, más lenta y más necesaria de la Iglesia. De la parroquia no podemos echar a nadie que realmente sea católico. A lo mejor no puede dar catequesis, a lo mejor no puede llevar un grupo, pero todos cabemos en la parroquia y todos debemos ser acogidos en las parroquias y no se nos puede expulsar a nadie, salvo herejías, apostasías o cismas...

Por eso, las parroquias no acaban de salir adelante, por eso siempre habrá estructuras más apostólicas, más santas y mejores que las parroquias. Pero si te expulsan de tu movimiento, ¿dónde te recogerían? En tu parroquia.

Es cierto que cuando intentas montar una comunidad de fe, los que de verdad quieren se van a encontrar conque hay gente que no acaba de querer, que van y dejan de ir, que no acaban de tirar para arriba nunca, que pactan con la mediocridad y nos pueden dar ganas de mandarlos a paseo y quedarnos con ese movimiento tan guay que hemos conocido. Vamos en una barquichuela que hace aguas por todas partes y vemos cómo nos adelantan por la derecha miles de embarcaciones poderosas y eficaces. Nosotros navegamos con grandes rémoras.

Pues, ¡chico!, ¿qué quieres que te diga? Tienes derecho a embarcarte en una empresa grande y formidable, con muchos más medios que tu parroquia. Desde luego que puedes y en ocasiones te diré que hasta deberías hacerlo... pero si tú te vas... ¿quién me va a ayudar a sacar adelante a todos los mediocres que quedan atrás?

Desde luego hay gente con vocación a sacar adelante los grandes movimientos de la Iglesia y realmente los que quedamos en las parroquias es porque no tenemos vocación para otras cosas más estupendas... ¿o sí existe una vocación a amar lo pequeñito, lo fracasado, lo inútil en la Iglesia y a dar nuestras vidas para alimentar a los que todavía no han descubierto a Cristo en plenitud? Es cierto que quizás los que se quedan atrás no se merecen que tú detengas máquinas por ellos, pero a lo mejor Dios te ha dado un motor con muchos caballos para que puedas sacarles adelante.

Realmente, cada vez me doy más cuenta de que Dios no me quiere en "cuerpos de élite", sino sacando la basura de su Iglesia. Ayudando, amparando, animando, confortando, fortaleciendo y convenciendo a los que no acaban de tirar para arriba. Para eso, Dios me tiene que dar ciertas virtudes que todavía no me ha entregado y me tiene que ampliar el corazón a la medida del suyo. También es cierto, que aunque me quede atrás, necesito ver los frutos que dan otros más grandes y estupendos que yo para animarme y ver que es posible la conversión. Los grandes quizás necesiten que yo les entregue lo mejor de lo que dispongo para cumplir su tarea y yo necesito es aliento que de vez en cuando me llega al ver que uno se convirtió y hoy vuela influyendo en sus ambientes de una manera formidable ¡y da gusto!. También se necesita que esos pequeños remolcadores pongan a funcionar a aquellos grandes buques que luego se lanzarán a la mar.

Pero lo que realmente necesitamos es que el Espíritu de Dios nos cambie el corazón por el Suyo y podamos amar como Él ama, aunque tengamos que sufrir como Él sufre. Eso es un corazón sacerdotal y lo demás tonterías.

Y ahora una pregunta capciosa: aunque estés en un movimiento formidable y tú no lo necesites, ¿no podrías ayudar a los curas de tu parroquia a montar un apostolado que merezca la pena?

martes, 20 de octubre de 2015

¿Catequesis y Misas en los colegios?

La Iglesia en ocasiones va dando bordadas: ahora sí, antes no, mañana tampoco y dentro de un tiempo otra vez sí... Con el consecuente mareo de los feligreses.


En ocasiones la jerarquía dice: "Sólo se pueden celebrar los sacramentos en las parroquias" y el sacerdote que trata de obedecer se las ve y se las desea para explicar a los fieles por qué no concede su permiso para que se puedan dar catequesis en el colegio del barrio y de pronto, observa estupefacto que el señor obispo se presenta en el colegio del barrio de al lado (que por otra parte contribuye económicamente con la diócesis) para celebrar las confirmaciones, dejando al curilla en cuestión como mentiroso y un talibán. A mí me pasó, que el vicario episcopal que había entonces me ordenó cerrar las catequesis de un colegio y luego fue al mismo colegio a confirmarles. Por obedecer a una orden directa quedé como el ogro.

Al final, esto es un caos. De hecho yo soy sacerdote en una parroquia, siempre lo he sido y además a veces he sido capellán de colegios, y si os digo la verdad no sé qué es mejor. Siempre y cuando el colegio sea oficialmente católico y la comunidad educativa también sea una comunidad de fe, creo que puede ser un acierto que haya catequesis. También creo que si hay catequesis debería haber Misa donde los chavales puedan reunirse a compartir su fe. La catequesis no es sólo formación doctrinal.


Los curas de las parroquias dicen: Es que los colegios no son comunidades de fe, es que los colegios forman a los chavales sólo hasta segundo de bachillerato y luego les dejan solos, es que los colegios no celebran la Misa, ¿cómo van a tener catequesis los niños sin una comunidad que celebre? Entonces los colegios piden al capellán que celebre la Misa el domingo y las parroquias se enfadan porque ¿cómo puede ser que celebren el domingo que es el día en que la comunidad debe reunirse en la parroquia? Y citan textos del Papa hablando de la importancia de la parroquia, del mismo Papa que permite los sacramentos de iniciación (excepto el bautismo) en los colegios... Incluso dicen que está "demostrado" que los colegios no son capaces de transmitir la fe. Conozco muchas excepciones a esa demostración y creo que las parroquias, por esa regla de tres, también hemos fracasado. La única institución que es capaz de transmitir la fe es la familia apoyada en una comunidad viva de fe (me da igual que sea una parroquia, una orden, un movimiento o un colegio).

En todo caso, creo que aunque es cierto que la parroquia es la comunidad fundamental, el último bastión en defensa de la vida cristiana, punto de reunión de las familias, también es cierto que es de institución humana, no de orden divino. La Iglesia existía sin parroquias en su origen y podrían ser sustituidas por otro modo de vivir la comunión cristiana, sin ningún problema.


A lo mejor es que me voy haciendo mayor, pero considero que si el colegio es capaz de dar la fe y mantenerla, siempre que realmente sea una comunidad de fe católica, puede ser estupendo tener allí las catequesis. ¿Por qué? Lo primero de todo por un tema de eficacia: ¿cuántos chavales hay que no tendrán catequesis porque se han apuntado a 800 actividades extraescolares que les coinciden con las catequesis parroquiales? En el colegio sería más fácil. El tema típico de que salen en segundo de bachillerato, también es un mito. Conozco muchos colegios propiedad de instituciones eclesiales que después del ciclo formativo colegial, cuando los chavales pasan a la universidad o a ciclos profesionales se les sigue ofreciendo una comunidad basada en "fraternidades", "congregaciones marianas", o "grupos de vida cristiana"...

Por otro lado, hoy la evangelización debe pasar necesariamente por atender a la familia en sí misma y una evangelización de la infancia necesita unos padres evangelizados. El colegio puede ser una comunidad cristiana que acoja a muchas familias, las cuide, las fortalezca, les ayude y contribuya a evangelizar los hogares. ¿Qué parroquia tiene acceso a tantas familias como tienen acceso diario los colegios?

Por eso, creo que deberíamos más cuidar los colegios que las mismísimas parroquias. Realmente, tal y como están diseñadas las catequesis parroquiales son un fracaso auténtico y ni siquiera nos planteamos corregirlas, como si fuera el único sistema válido. Señores, el sistema actual tenía sentido cuando la familia iba a Misa. Hoy necesitamos más evangelización que catequesis. Ésta llegará cuando se susciten las preguntas que sólo surgirán con una buena evangelización.

Sinceramente, creo que la catequesis actual es un error. ¡Acabemos con esta farsa! La catequesis debería ser un paso posterior al anuncio de la fe, cuando la gente diga "¡yo quiero eso!". Por eso, no me importa tanto los contenidos de la catequesis como que realmente consigamos evangelizar en ella. ¿Cómo conseguirlo? Poniendo los medios necesarios para que se pueda producir un encuentro real con Cristo adecuado a la edad del catecúmeno. Por eso, las catequesis no pueden ser clases de formación, aunque evidentemente deben incluir unos contenidos mínimos de formación doctrinal. O metemos oración, o metemos adoración eucarística, o metemos la celebración de los Misterios de Cristo, o metemos amistad, comunidad y convivencia o no conseguiremos nada. Simplemente lograremos, lo que parece que tanto importa a los obispos: seguir hinchando unas estadísticas que no reflejan la verdad de nuestra Iglesia.

Por otra parte, lo que yo considero que sería el mejor sistema es que la parroquia de cada barrio pudiera organizarse con los colegios de la zona o hacer actividades conjuntas. Que desde el colegio también se viviera la parroquia, pero hay tantas dificultades: malos entendidos, demasiadas ideologías encontradas, celos, recelos, dimes y diretes, pasotismos, intentos de dominar la situación, golpes de timón...

Hacemos lo que podemos. Ahora, la certeza absoluta que tengo es que formamos comunidades familiares o no conseguiremos nada. El futuro de la Iglesia es llegar a las familias y conquistar su corazón.

domingo, 4 de octubre de 2015

El evangelio de la Familia

Resultado de imagen de papa francisco
Dice el Papa, que tenemos que anunciar el evangelio de modo positivo. Muchas veces prevenimos contra todo tipo de errores y se nos olvida lo específicamente nuestro. ¡Tiene toda la razón! Tenemos que volver a predicar el evangelio a todo el mundo. ¡Presentar la belleza de lo que Cristo ha venido a ofrecernos! Es así como nos hemos enamorado de Cristo, del evangelio y de la vida de la Iglesia. No podemos presentar a la familia desde lo feo, desde el pecado. Tenemos que presentar y anunciar al mundo la maravilla de lo que Dios nos ha prometido y nos ofrece. Es cierto que en ocasiones hay que sufrir, pero es más cierto que quiere darnos su plenitud, "para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a su plenitud", si no no habría venido, ni habría asumido nuestra propia carne. ¡Gloria a Dios!

Por eso, todos esperamos que este Sínodo de la Familia, sea un canto a lo bien que ha hecho Dios las cosas desde su creación, algo que el diablo no pudo corromper con el pecado. La familia sigue siendo una maravilla. Una cosa que ha predicado el Papa en el congreso de las familias de EEUU es que Dios no creó el universo sólo para el hombre, sino que lo creó para la familia, donde había insertado al hombre desde el principio. ¡Qué maravilla es recibirlo todo en el seno de una familia! El mundo entero se ha de convertir en una familia, así lo quiso Dios desde el principio. 

Vamos a pedirle a Dios que sepamos anunciar la familia, según el corazón de Dios, con toda la alegría, plenitud y potencialidad con que Dios la ha creado.

¡Vive Dios, qué bien lo hace todo!

sábado, 3 de octubre de 2015

Empieza el Sínodo de la Famila

Resultado de imagen de papa franciscoDespués de las últimas actuaciones del Santo Padre (como la nueva legislación sobre el procedimiento canónico para declarar nulo un matrimonio y las declaraciones de algunos cardenales y obispos sobre la comunión de los divorciados vueltos a casar...) algunas personas, yo me cuento entre ellas, tenemos cierto miedo sobre lo que puede llegar a decirse allí.

Evidentemente, no me da miedo que se digan "oficial y definitivamente" herejías. Dios no permitiría que el Magisterio definitivo de la Iglesia o incluso el evangelio mismo fueran contradichos, pero sí da miedo que puedan tomarse resoluciones prácticas que lo contradigan extraoficialmente: doctrinas realmente divorcistas en los procesos de nulidad...

Llega un momento en el que uno se da cuenta de que el Espíritu Santo existe y asiste a su Iglesia. A lo largo de la historia ha habido papas nefastos que pudiendo destruir la Iglesia apenas han dejado huella en la historia. Eso sí que es fruto de la acción del Espíritu Santo en su Iglesia. Yo no me fío de los hombres, me fío de Dios. Aunque es cierto que puede desviarse la atención, hacer daño a los sencillos y que surjan algunas iniciativas que enrarezcan el matrimonio, sigo considerando que Dios también puede influir y sacar mucho bien de todo esto. Todo lo que permite Dios es porque va a sacar un bien mayor.

Resultado de imagen de carlos osoroHoy, nuestro obispo, Don  Carlos Osoro se ha ido a Roma para participar en el Sínodo y ayer a los jóvenes les pedía que rezaran mucho por él para que en "unidad absoluta con el Santo Padre" (palabras textuales) pudiera escuchar al Espíritu Santo y que saliera mucho bien de todo el Sínodo.

Pues vamos a rezar, como nos ha pedido el obispo por los frutos del Sínodo. Que no se cumplan las expectativas de los pesimistas y que Dios nos regale una pastoral familiar por la que merezca la pena vivir cosas grandes.

Realmente, hace falta un Sínodo que hable y trate efectivamente muchos problemas que afectan a mucha gente. Lo que no podemos hacer es decir que algo es bueno cuando realmente es malo sólo porque haya mucha gente que no quiera vivir la verdad de sus vidas. Yo le pido a Dios que este Sínodo sobre todo sea una ayuda para que mucha gente que tiene dificultades en sus familias, que a veces viven el heroísmo en sus vidas, puedan verse alentados por sus pastores en esa entrega cotidiana siendo la argamasa que une familias a veces al borde del abismo.

Espero que por pasar la mano por el lomo a algunos, no nos olvidemos de aquellos que necesitan una inspiración en sus vidas, un aliento, un decirles: lo estáis haciendo bien, seguid así, Dios os necesita en vuestras familias.

Resultado de imagen de matrimonio sufriendoEso no es olvidarnos de los que ven sus familias rotas, es alentar a que este cáncer de nuestra sociedad no se propague. Este mundo necesita santos. Y también conozco muchos hombres y mujeres heroicos que han sido abandonados (o metieron la pata en su día y arrepentidos no pueden volver a casa) y que viven fieles a su matrimonio. Tienen vocación matrimonial, realmente se casaron, pero igual que la vida matrimonial a veces es heroica, la perseverancia en la fidelidad cuando te han abandonado SIEMPRE lo es. Por eso, necesitamos poder acogerles sin mentiras facilonas, la vida no lo es. Darles una palabra de aliento y decirles que efectivamente están en la cruz, que Cristo la comparte con ellos, que a veces el Señor será su único consuelo, pero que se convierten en un testimonio vivo para mucha gente que ya no quiere seguir amando, que quieren tirar la toalla. Son ejemplos vivísimos de que sólo la Cruz puede redimir el pecado del mundo. Para mí, estas personas se convierten en la única razón que a veces me queda para perseverar cuando las cosas son difíciles. Si el mensaje que les llega es "no pasa nada porque te vuelvas a casar con otra persona", me surge un interrogante: ¿Realmente esa doctrina es de Dios, qué sentido tiene entonces el celibato, realmente podemos seguir casando a gente a la que luego vamos a divorciar, en qué queda la palabra ALIANZA, por qué sufrir por nada, por qué tenemos que sufrir las consecuencias de un embarazo no deseado, o de un embarazo problemático? Digamos a todos que la vida sirve para entregarla, que una ALIANZA es indestructible y que aunque no se pueda convivir más con la persona a la que te has entregado, incluso aunque esa persona no quiera vivirlo, vale la pena seguir dando la vida por amor. Aunque sea en la oscuridad de la cruz de Cristo. ¡Cuántas veces ese testimonio hasta el final ha llevado a muchos al cielo! 

Mientras que huyendo del dolor, de la cruz, sólo truncas vidas dando una falsa apariencia de normalidad. Si ya no hay cristianos dispuestos a sufrir por amor, ¿dónde queda la Cruz redentora de nuestro Señor en nuestros tiempos? Yo, por mi parte, sigo manteniendo que vale la pena amar, aunque haya que sufrir y que no estoy dispuesto a seguir mintiéndome a mí mismo, por mucho que la mentira sea más fácil.

Resultado de imagen de martirio san juan bautistaCierto es que también habrá que ver cómo podemos atender a los que hemos podido ser débiles, pero en el fondo del corazón surge la necesidad de una llamada a la conversión. ¡Tú sí que puedes vivir de otra forma!, ¡no te conformes con la mediocridad de pensar que es muy difícil! En el fondo, cuando me planteo otra cosa, surge en mi corazón el recuerdo de San Juan Bautista gritando: ¡No puedes estar con la mujer de tu prójimo! ¿Va a resultar que ahora el matrimonio no es ALIANZA, que sólo es un papel al albur del sentimiento o de la voluntad de las partes? Importa conocer la verdad para poder vivirla y no reducir todo a lo que yo soy capaz de vivir. Alejandro VI era incapaz de vivir el celibato y no por eso lo abolió. Ésta es la diferencia entre la Iglesia Católica y Lutero. Que la verdad importa aunque no me considere capaz de vivir conforme a lo que las cosas son en sí mismas.

Una vez, me dijo mi madre: "Mira, Borja, en la vida hay que sufrir." Y realmente, sólo el que está dispuesto a pagar el precio se merece la plenitud de lo que la vida puede dar. Al final, ¿me fío de Dios o sólo de lo que soy capaz? Si la cruz no tiene sentido ya en nuestros días yo, a día de hoy, ya no ejercería el ministerio. Y los santos más que héroes, serían imbéciles.

Pues eso, recemos para que este Sínodo de las Familias de mucho fruto, que sea un aliento vivo de Dios que nos haga respirar con la confianza en que es posible vivir de otro modo a como dicta el mundo, que nuestros pastores nos conduzcan hacia los verdes pastos que Dios ha preparado para nosotros y que juntos podamos acoger, rezar y acompañar a tantas familias que sufren y luchan y vencen... y caen. Que incluso cuando hemos caído podemos vivir según el plan de Dios si nos fiamos de Él y tenemos un poco de esperanza en lo que su gracia puede hacer en nosotros y nuestras familias.

Que este Sínodo sea un brindis para celebrar a las familias y cuidar especilísimamente con caridad y verdad a los que sufren.

Resultado de imagen de familia con síndrome de down

¡Es posible amar hasta el final incluso cuando haya que sufrir!

¡Que Dios os bendiga!

jueves, 1 de octubre de 2015

Curación del paralítico (2)

«Hijo, tus pecados te son perdonados». Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?» Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?" Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."» Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida». 
Vamos terminando con nuestra meditación del paralítico descolgado por sus amigos...

Jesús le acaba de perdonar los pecados. Toda enfermedad, toda dolencia, todo lo malo que ocurre en esta vida es consecuencia directa o indirecta del pecado. Desde que Adán y Eva pecaron todo se lió. El diablo alcanzó tal poder que incluso puede afectar a nuestra naturaleza. Aún así, sabemos que con nuestra naturaleza herida, aún podemos aspirar a Dios, aún la gracia puede obrar milagros en nosotros y quien estaba atado por el pecado puede aspirar a la libertad. Somos capaces de obrar el bien incluso sin la gracia de Dios, pero no podemos perseverar en ese bien y luchar contra el pecado habitualmente sin la gracia de Dios.

Sabemos que desde que entró el pecado en el mundo entró también la enfermedad y la muerte. Incluso hay dolencias físicas, psíquicas y espirituales inducidas directamente por el Maligno. Aún así, por la misericordia de Dios, todos los males del mundo están ordenados por Dios, nuestro Señor, a nuestro bien. No lo entenderemos, pero Dios no permite nunca un mal si no va a conseguir un bien mayor para nosotros.

Pues bien, en vez de curar a este hombre, Jesús le perdona sus pecados y lo hace en atención a los méritos de sus amigos. Fueron los amigos de este hombre los que le lograron el perdón.

Del mismo modo, nuestro Señor Jesucristo es como un campeón que lucha en nuestro nombre y en atención a sus méritos nosotros hemos conseguido la victoria definitiva. ¡Gloria a Dios!

"Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?»"


Cómo contrasta la grandeza del corazón de Cristo con la miseria y con la pequeñez de los fariseos. Piensan que Jesús obra mal. No piensan "¿quién es éste que hasta perdona pecados?", sino "¿por qué habla así?". No pueden admitir la posibilidad de que Cristo tenga autoridad para perdonar. Eso supondría que Jesús es Dios. Es curioso, pero va a pasar aquí lo mismo que por lo que Dios permite el mal. Para que se manifieste su gloria. Jesús les va a demostrar que tiene el poder de Dios para perdonar pecados.

Repugna al corazón sincero la manipulación de los fariseos. Jesús ha blasfemado, se merece la muerte inmediatamente, pero son tan cobardes que ni abren la boca. En este momento, están rodeados por los amigos y seguidores de Jesús. Si fueran sinceros por lo menos le reprocharían su actitud, por muchos amigos de Jesús que haya delante. Pero ellos no, se conforman con odiarle, sin decir nada, incluso siguen mostrando respeto aunque piensan que es un blasfemo. Ya llegará el momento de matarlo, cuando sus amigos no estén delante... ¡Qué asco de corazones hipócritas! Yo creo que es ésta la razón por la que Jesús advierte tanto contra el orgullo, la prepotencia y la soberbia porque incapacitan absolutamente para reconocerle.

No eran tontos los fariseos. Efectivamente, sólo Dios puede perdonar pecados porque sólo a Él le ofenden nuestros pecados. Sólo el ofendido puede perdonar.

Dios mío, perdóname todas las veces que juzgo, que pienso que no puede pasar nunca tal o cual cosa... Enséñame a dejarme sorprender, a ver sin juzgar ni condenar. Dios mío, que sea capaz de reconocer la verdad siempre. No me dejes que me encierre en mis precomprensiones, en mis esquemitas, en mis modos, en mi manera de entender la vida, en mis ideologías... Líbrame del escándalo farisaico.

Señor, ¿cuántas veces me he erigido en guardián de la ortodoxia sin buscar lo bueno para la persona que tenía delante? Sólo me preocupaba justificarme a mí mismo, ensalzarme por encima del otro... Dios mío, ¿a cuánta gente he podido hacer daño con esa actitud?. Es cierto que hay que advertir de los errores, pero no condenando a quien tenemos delante, sino tratando de salvarlo. ¡Qué actitud tan distinta la de los fariseos a la de Jesús! Que en vez de condenar a Zaqueo quiere cenar con él. No señala al paralítico y le grita: por tus pecados te ha pasado eso!, sino que carga sobre sus espaldas nuestras culpas para que nosotros podamos ser libres.

Cómo me enamora la actitud, el corazón de mi Señor. Te pido, mi Dios, que sanes mi corazón para que bombee la misma sangre arterial que el tuyo: que respire misericordia y no juicios.

"Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones?"


Juegas con ventaja, Dios mío. Si los evangelizadores que venimos detrás conociéramos lo que piensan los demás, cómo podríamos salirles al paso... Pero nosotros podemos fallar, equivocarnos, juzgar mal una respuesta, una situación. Podemos ser demasiado duros con quien no lo merece o muy blandos con quien le vendría bien un repasito... Sólo en la medida que podamos hacernos uno con cada persona podremos llegar a su corazón, como Tú llegabas directamente desde el principio. Dios mío, dame corazón para amar a cada persona con la que trate. Que sea capaz de sufrir un poco por cada uno para poder acogerles y comprenderles como necesitan.

¡Qué grande, Jesús! Tú sí que puedes juzgar y en vez de eso preguntas, tratas de convertirles, de entender por qué lo hacen, a ver si así puedes ayudarles a comprender la verdad... pero son corazones agoreros, cerrados en sí mismos, jamás reconocerán que están equivocados porque entonces tendrían demasiado que perder... ¡Tendrían que darte la razón y seguirte! Dios mío, que jamás tengamos miedo a la verdad. Es lo peor que nos podría ocurrir porque entonces ya no podríamos sino mirar hacia adelante y arramplar con todo: el gran riesgo del fanatismo.

Nos das una y otra oportunidad para convertirnos, para aceptarte a Ti. Nos obligas a plantearnos el por qué de nuestras acciones, pensamientos y deseos para ver si nos damos cuenta de que no podemos seguir así...

¿Qué tengo en mi corazón?, ¿por qué pienso así?, ¿qué deseos se ocultan detrás de mis actos?, ¿qué busco realmente?... No se trata sólo de ver qué hago, sino los porqués. Esto es importante porque me muestra hacia dónde camino. ¿Por qué juzgo, por qué ataco, por qué me tengo que defender?...

Dios mío, dame un corazón limpio para que sea capaz de verte, que no tenga intenciones torcidas, que no desee lo que no puedo, sino que te ame y te busque a Ti con todo mi ser. Aquí tienes mi corazón. Haz conmigo lo que quieras.

Y dime, Señor, hazme partícipe de lo que hay en tu corazón. ¿Por qué piensas Tú así?, ¿en qué piensas? Dios mío, si me dieras cabida en tu espíritu, ¡cuánto aprendería!. Si llegara a compartir tus sentimientos, ¡cuánto podría llegar a comprender a los demás y amarles! Señor, déjame encerrarme en tu pecho, entrar por tu llaga santa y parapetarme en Ti y escuchar los latidos de tu corazón y poder amar como Tú Amas, comprendiendo a los demás y mi propia debilidad...

"¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?""


Menuda les estás preparando, Jesús. Efectivamente, si Dios te da el poder de curarle, evidentemente también te dará el poder de perdonarle. Por eso, los fariseos no negaban que Jesús hiciera milagros, sino que lo malinterpretaban y decían que hacía prodigios con el poder de Satanás. ¡Claro! Si tú crees sinceramente que tienes la razón y ocurre algo que no puedes explicar, siempre puedes acudir a que es obra del demonio. ¡Qué horror! ¿Puede ser que alguien creyera sinceramente que Tú venías de Lucifer? Aquí tenemos que ver tu vida entera. No sólo se trata de los milagros, sino de todo lo que Tú hacías. ¿De quién eres, de parte de quién vienes, Señor?

Importa resolver estas dudas bien, porque cuando venga Cristo con gran poder y gloria está anunciado que antes vendrá el Estafador, que también hará prodigios. Siempre me he apoyado en el magisterio, pero ¿no puede ser que estemos engañados como los fariseos creían con toda el alma que tenían razón?

En este punto es necesario dar un paso atrás. Hay que distinguir entre los fariseos de buena voluntad y los fariseos hipócritas que no querían dar su brazo a torcer. Puede ser que alguien se engañara al principio, llevado por las ideologías, pero llega un momento en el que ves que ese hombre TODO lo ha hecho bien y tras comprobar el desenlace de su vida a uno no le queda más remedio que darse cuenta de que si Dios nos quiere y somos su pueblo, éste hombre tiene que venir de Él.

Nosotros tenemos una ventaja, que Jesús nos ha advertido de muchas cosas y los Apóstoles también. Si alguien intenta cambiar algo del evangelio, ése no vendrá de parte de Dios. Pero es que también es imposible amar como Dios nos ama si no viene de Él, por eso, es mucho más difícil engañarnos a nosotros. Porque la prueba de la veracidad es el amor hasta la Cruz.

La prueba definitiva de que es Jesús es que ha llegado hasta la Cruz por mí y, por si fuera poco, Dios lo ha resucitado.

Si juzgamos con sencillez, ante esa pregunta no cabe respuestas capciosas: ¿qué es más fácil perdonar o curar? Pues quien tenga poder para curar, también tendrá poder para perdonar.

Pero los fariseos no responden porque no son sinceros. Saben que Jesús puede curar y perdonar. Lamentablemente, sabían perfectamente que venía de Dios, pero tenían demasiado que perder como para reconocer la verdad. ¿Y tú y yo, hermano mío, somos libres para aceptar la verdad de Jesús en nuestras vidas? 

Dios mío, cuántas complicaciones nos ahorra la sinceridad, la sencillez del corazón capaz de acoger la verdad del evangelio sin glosas, sin reinterpretaciones que lo enrarecen. ¿No surge en tu pecho el deseo de que Jesús te perdone, te sane, te purifique y se quede contigo? Y si eso pasaba cuando Jesús caminaba en carne mortal y la gente podía escuchar con sus oídos las palabras de salvación. ¿Por qué no va a poder ocurrir ahora mismo que Jesús me sane en boca de sus enviados? ¿Por qué no voy a poder tener la certeza de su perdón escuchándole en la Iglesia? Aquí no me refiero a edificios, sino que Cristo fundó su Iglesia no sólo para perpetuar su Palabra, sino para perpetuar  también sus obras de salvación. A los Apóstoles les confirió autoridad para perdonar, curar y evangelizar y éstos a sus sucesores y a sus colaboradores. Eso dicen los Hechos de los Apóstoles. ¿Va a poner en nuestro corazón, el Señor, un deseo que no vaya a poder ser satisfecho? Eso sería muy cruel. Gracias, Dios mío, por darnos los sacramentos, a través de los cuales nos llega hoy toda tu fuerza salvífica igual que ayer.

"Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."»"

Resultado de imagen de autoridad de jesusImpresionante la fuerza de los argumentos del Señor. Con qué sencillez destruye la soberbia del fariseo. Con qué imperio manda al paralítico y lo sana. Esa misma Palabra se oyó en el albor de los tiempos, cuando aún no existía nada creado y lo primero que surgió fue con un grito: "Hágase". Ese mismo grito se oirá en la Cruz y también cuando Cristo haga nuevas todas las cosas cuando venga con gran poder y gloria al final de los tiempos.

Una autoridad irresistible y sin embargo tan frágil que necesita de nuestro "sí". Si la Virgen María no hubiera dicho "sí", si el paralítico no se hubiera fiado y no se hubiera tratado de levantar, si yo no me confieso, si no quiero comulgar, si no me fío de Ti, ¿dónde quedaría todo?

Tú, mi Dios, me lo ofreces todo y tienes poder para garantizar tu palabra, pero has querido necesitar mi libertad, has querido necesitar de mí. ¡Qué grande es tu amor por mí que te lleva a pedirme permiso para obrar en mi vida!

Piensa por un momento que el paralítico no quisiera levantarse. Nada habría pasado entonces. Piensa lo estúpido que habría sido que este hombre se fiara de los fariseos y desconfiara de Jesús, o que le diera respeto humano intentar alzarse y no lograrlo... Así de estúpido es el hombre que pudiendo abrazar la salvación de Dios, no obedece.

Así es de tonto aquel que porque cayó una y otra vez deja de luchar porque no cree que Jesús pueda rescatarle de su debilidad. Lo nuestro no es triunfar, sino luchar una y otra vez, esperando que algún día el Señor se apiade de nuestra debilidad y ponga Él lo que nos falta.

Dice el Jocker en la película de Batman: "Locura es repetir una y otra vez el mismo acto, esperando un resultado distinto". Pues bien, yo prefiero estar loco por Dios que pactar con mi debilidad. ¿Y tú? Hay que estar loco para tratar de levantarse de un camilla sólo porque un hombre te lo proponga. A no ser que ese hombre también sea Dios.

"Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida»". 


Resultado de imagen de niño pequeño aprende a caminarPues este hombre obedeció a Jesús, contra toda esperanza esperó en Jesús y no fue defraudado. Señor, yo no sé cuándo ni cómo sanarás mi corazón. No sé cuántas veces vas a permitir que siga ofendiéndote con mi debilidad aplastante. Sólo te digo que espero que algún día socorras mi necesidad. Yo te ofreceré intentar dar un paso más, aunque siempre me caiga, aunque no lo consiga. Lo mío es intentarlo, no lograrlo. No me enfadaré por no lograrlo, sólo e entristeceré por ofenderte una y otra vez y te ofreceré mi impotencia, te miraré, te pediré perdón y sonreiré cuando vea tu sonrisa y cómo vienes a mí con los brazos abiertos y me tomas y me estrechas... Yo soy débil y pequeñito, pero me fío de Ti. Tú me pides que tenga la voluntad de dar el paso y como soy débil no lo consigo, pero no me enfado, no me enrabieto, no rompo la baraja. Me pides que lo intente una y otra vez. Mi esperanza es que un día, viendo mi postración, te de lástima y vengas Tú y me lleves contigo. No me pondrá triste ser débil, sino sólo el daño que pueda hacerte. Pero en el fondo, junto a ese dolor brota todavía una alegría más grande, espaciosa, la de saber que me Amas más que a otros, precisamente porque soy más débil y tonto. Me prefieres porque te necesito. Gracias, Señor. Esa alegría será mi salvación.

¡Jamás vimos algo parecido! Se ha inaugurado un tiempo nuevo en la historia de la humanidad. A partir de ahora lo hemos visto miles de veces. Por desgracia, quizás nos hayamos acostumbrado y hayamos perdido el estupor, el asombro ante las maravillas que Dios realiza por sus hijos.

¡Cuántas veces me sorprende Dios en la vida de sus hijos! Muchas veces no daba yo un duro por alguien y de pronto viene Dios y cambia la debilidad en fortaleza, justo en el momento en el que la persona acepta su debilidad y se la ofrece al Señor con alegría, sin la soberbia de juzgarse y flagelarse por no conseguir los méritos. Gracias a Dios, el único mérito es suyo. Y nuestra actitud es glorificarle, porque nunca lo hubiéramos conseguido con nuestras fuerzas. Toda la gloria y el honor son para Jesús. Lo nuestro es reírnos a carcajadas, felices por estar en los brazos de nuestro Padre Dios.

Resultado de imagen de niño feliz en brazos de su padre


Que Dios os bendiga, hermanos.