sábado, 3 de noviembre de 2018

Palabra de vida: Lc. 1, 29-38

Anuncio del nacimiento de Jesús


El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo»* . 29 Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. 30 El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. 31 Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». 34 Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». 35 El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. 36 También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, 37 porque para Dios nada hay imposible». 38 María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.

1.- Explicación.

(Se hace breve recapitulación de la catequesis anterior...)


[Significado de "turbar": Alterar el ánimo de una persona confundiéndola o aturdiéndola hasta dejarla sin saber qué hacer ni qué decir.]

Nuestra Madre, la Santísima Virgen María no está acostumbrada a pensar en sí misma. Las palabras del ángel no sabe cómo tomarlas y queda turbada. No sabe muy bien qué responder. En su prudencia natural, queda dándole vueltas a qué significa tan saludo. Tampoco ha estado nunca delante de un ángel. Se queda impresionada ante la manifestación de la Gloria de Dios, que provoca el ángel.

San Gabriel se adelanta y le tranquiliza: <<No temas, María>>... Le llama por su nombre con una dulzura y un cariño que la chiquilla que tiene delante se relaja. No olvidemos que el que María sea inmaculada, no quiere decir que lo sepa todo o que su organismo no reaccione con temor ante manifestaciones desconocidas. Es una niña adolescente (entre 12 y 15 años), que como muy lejos ha ido siempre arropada de Nazareth a Jerusalén y vuelta a casa. Nunca ha tenido apariciones extraordinarias y por eso se turba ante la presencia del ángel y sus palabras.

¿Qué es y quién es ese ángel? Un ángel es un mensajero de Dios, espíritu puro, no tienen cuerpo. Son manifestación de la Gloria y el Poder de Dios, por eso quienes los ven se quedan llenos de temor. En el caso de los pecadores, ese temor aumenta por la fuerza de la justicia de Dios y te quedas empequeñecido ante la muchedumbre de tus culpas. En el caso de María, ese temor no existe, pues no tiene miedo a la Justicia infinita de Dios, pues siempre le ha amado y servido. Pero sí queda sobrecogida ante la Omnipotencia de Dios. Una cosa es que no tenga pecados y otra muy distinta es que siendo criatura, se turba grandemente ante la diferencia que hay entre Dios y sus criaturas.

Gabriel, además es de los ángeles más grandes que Dios ha creado. Aquel a quien Dios envía en su embajadas más delicadas. Cuatro veces sabemos que intervino en la Biblia: nosotros acabamos de ver dos de sus misiones: a Zacarías y a la Virgen María, pero además se apareció a Daniel por dos veces para darle importantes embajadas de Dios, en los capítulo 8 y 9 del libro de Daniel.

<>... María se ha hecho agradable a Dios y por eso Dios la quiere para Sí. ¿Por qué vas a tener miedo si eres la preferida de Dios?

 <> ¿Qué significa el nombre de Jesús? A veces, a Jesús se le llama Emmanuel, eso significa Dios con nosotros. Pero esta vez le llaman Jesús: Dios salva. Esto es, que el hijo que María va a concebir en su vientre y a dar a luz, va ser el mismo Dios para salvarnos. Jesús es el heredero de David, pero además es Dios. Pero cómo puede ser que su reino no tenga fin, si nadie parece que le haga caso. ¿Dónde está ese reino de Jesús?, ¿de quién es rey? ¿sobre quién manda? Eso es lo que cada uno de nosotros tiene que plantearse. ¿Tú quieres que Jesús sea tu rey? ¿Estás dispuesto a obedecerle?

Inmediatamente, María hace una pregunta a Gabriel. No es como la pregunta de Zacarías, quien dudaba que fuera posible tener un hijo, la pregunta de María no parte de una duda de fe. Sabe que va a ocurrir, lo que pregunta es qué tiene que hacer ella. Pues no ha tenido relaciones con ningún hombre y todavía no ha completado su matrimonio con José. Es como si preguntara: ¿tengo que adelantar la boda?

Cuando conocemos lo que quiere Dios de nosotros, tenemos que plantearnos también cómo cumplirlo mejor. Esto es lo que quiere hacer la virgen María. Cumplir antes, más y mejor la Voluntad de Dios. Se dispone a la carrera. ¿Para qué retrasar las decisiones si ya sé lo que quiere el Señor?

Pero el ángel le retiene. Para lo que va a ocurrir, no tiene que hacer nada. Simplemente dejarse hacer.  <>. Va a ser el Espíritu Santo quien haga todo. El niño que va a nacer no será de San José, sino que concebirás directamente un hijo de Dios, será la fuerza de Dios la que te haga concebir. Esto es lo fundamental del evangelio. ¿Crees que Dios puede hacer concebir el vientre de María a su propio hijo? Quien realmente no crea que Dios se interesa por los hombres, quien no crea que Dios se preocupa por nosotros, no podrá creer esta noticia. Si tú crees que Dios te quiere, que te ha creado para que vivas con Él, no podía ser que te dejara sumergido en tus pecados sin hacer nada por ti y de hecho, creemos que por amor a cada uno de nosotros, Dios decidió hacerse hombre para cargar con nuestros pecados, liberarnos de ellos y darnos la Vida eterna. ¡Qué tú y yo podamos ir al cielo dependía de que Jesús se hiciera hombre, para rescatarnos. Porque para Dios nada hay imposible. Quien lo ha creado todo, ¿no iba a ser capaz de hacerse hombre? Es el poder de Dios al servicio de su amor por nosotros.

<>. Después de anunciarle todo, le da una pista de lo que puede hacer. Si tu pariente ha concebido también milagrosamente, a lo mejor te puede ayudar a ver qué hacer a partir de ahora... 

<> Ya sabe lo que tiene que hacer, sabe cuál es su misión. También entiende las dificultades que va a tener a partir de ahora. Sabe cuál es la pena por tener un hijo fuera del matrimonio, sabe lo que se le viene encima, pero también sabe que Dios no la va a dejar tirada. Se fía de Dios y hace lo que Dios quiere. Acepta todo, ya iremos respondiendo a las necesidades una tras otra. Lo primero ahora es llegar donde está Isabel, para ayudarla y también para hablar con ella y ver cómo afrontar el futuro próximo.

Y una vez que el ángel le ha dicho lo que Dios quiere, la dejó sola. Es ella la que tiene que ver cómo llegar hasta Isabel. Somos nosotros quienes tenemos que ver cómo hacer lo que sabemos que quiere Dios de nosotros. Además, una vez que has visto lo que Dios quiere, puede venirte una tentación: ¿No me estaré engañando?, ¿No será todo una ilusión? Después de ver las cosas, todo parece que vuelva a la realidad, como si lo real fuera lo que pasaba antes de que Dios te saliera al encuentro, pero en el fondo de tu corazón sabes que todo ha cambiado y no tienes derecho a vivir como si nada hubiera ocurrido. Hay veces que podemos tener la tentación de poner en duda lo que Dios nos ha dicho, le exigimos que vuelva a mostrárnoslo y queremos seguridades... Pero Dios cuando ha hablado, ya no se retracta. ¿Te vas a echar tú atrás, vas a dudar de Dios? 



2.- Oración, meditación, contemplación...


3.- Preguntas para dialogar con Dios y con los hermanos.

1.- ¿Te acuerdas de qué significa llena de gracia y el Señor está contigo?
2.- ¿Por qué se turba María?
3.- ¿Te has parado a pensar qué sentirías tú si fueras un ángel y te presentaras ante María para darle este aviso?
4.- ¿Tú crees que Dios te quiere personalmente? Ahora, esta pregunta es más delicada: ¿Crees que a Dios le agrada tu vida? ¿Quieres realmente agradar a Dios o te da bastante igual? ¿Por qué algunas personas quieren agradar a Dios y otros no? ¿Tú a quién quieres agradar? 
5.- ¿Alguna vez te has planteado qué debió suponer para María ser la madre de Dios y que su hijo fuera el salvador?
6.- ¿Qué significa en tu vida, qué repercusiones tiene que tener en tu vida cotidiana que Jesús sea realmente tu Rey?
7.- ¿Tú sabes qué quiere Dios de ti? ¿Estás poniendo los medios para cumplir su voluntad mejor?
8.- ¿Crees que Jesús es el hijo de Dios?
9.- ¿Tienes conciencia de haber hecho alguna vez lo que Dios quería aunque tuviera consecuencias que no dominabas? ¿Alguna vez te has negado a hacer lo que Dios quería?
10.- La virgen María sabía que tenía que hablar con Isabel para aconsejarse. Cuando tú tienes un problema, ¿a quién acudes? ¿Buscas a alguien que te ayude a ver lo que Dios quiere de ti? (Dirección espiritual)





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