La primera convivencia de CAyJO:

Por fin hemos salido de convivencia los de CAyJO. Ha sido un fin de semana curioso.

Al principio, yo iba a observar qué querían, pues ya son mayorcitos. La media de edad han sido unos veinticuatro o veinticinco años.

Pero podemos decir que ha sido un éxito. Nos hemos ido unas dieciseis personas a Segovia, exactamente a Santa María la Real de Nieva, a la casa de los Franch, que nos la han dejado amabilísimamente.

Iban chavales jovencitos de quince y dieciséis años y los vejestorios de veinticinco e incluso más años.

Han sido días muy intensos en actividades, algunos han rezado más que en toda su vida, otros incluso decían que querían más tiempo (¡qué maravilla!), hemos tenido un par de charlitas muy majas y en vez de ver la película que yo quería que luego comentáramos, algunos se fueron a ver el partido Madrid-Barça. Si es que tampoco me iba a imponer.

Dos conclusiones: a partir de ahora, los jovencitos van a tener su propio grupo, grancais a Dios, y es mejor no mezclarles con los mayores; las próximas convivnecias me aseguraré de que no coincidan con partidos... Je.

Por lo demás, creo que hemos triunfado: ha habido muy buen ambiente entre todos, han cuidado a los epqueños, nos hemos reído cuanto hemos querido, hemos podido formarles en un aspecto que me interesaba mucho que descubrieran: la evangelización o el apostolado y, poco a poco, se van acostumbrando a rezar. Todos han salido muy contentos, excepto una niña que le ha parecido que hemos rezado demasiado. No me preocupa, siempre hay alguien que va más a rebufo. Y hay que tirar para alimentarles a todos y no que los que van bien se tengan que quedar sin nada por los que van más despacio. Si uno se harta, siempre puede salirse de la capilla, ¿verdad? Sobretodo con un cura tan laxo como yo.

He descubierto que los jóvenes de CAyJO, aunque hayan dado un nombre super-hortera a su grupo son fenomenales y tienen ganas de Dios. ¡Qué maravilla de parroquia lo que podemos hacer a partir de ahora...!

Para empezar, vamos a montar unos retiros abiertos a todo el mundo porque en las familias numerosas sólo tenemos un puchero, un sábado al mes podremos rezar tranquilamente.