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jueves, 23 de junio de 2011

www.congregacionesmarianas.org

ESPIRITUALIDAD DE LAS CONGREGACIONES MARIANAS.  Éxitos y fracasos.
Del libro de ,H. Rahner, S. J. sobre Ignacio de Loyola transcribo el siguiente párrafo:
"Fabro es maestro en el coloquio y en la dirección espiritual, y en el arte de dar ejercicios sólo Ignacio lo superó. Con ellos consiguió resonantes triunfos en toda Europa. La visión de Ignacio sobre la eficacia de sus ejercicios no ha sido desmentida. Sus enemigos no han podido evitar que sigan su curso inalterable. Los ejercicios no han muerto; son de actualidad lo mismo o más que entonces. Rebajar su mérito, desdeñarlos, es insultar una limpia ejecutoria de cuatro siglos de espiritualidad renovada”.
La espiritualidad de las Congregaciones Marianas. es la de los ejercicios Ignacianos que inspiran, iluminan y proporcionan recursos para vivir comprometidamente las promesas del bautismo. Esa espiritualidad es, como San Ignacio decía, del "siempre más".
Siempre más santidad, la mayor posible, en el congregante mariano  para que su influjo saludable beneficie a las almas, fomentando una vida piadosa con la práctica de las obras de caridad en favor de los más necesitados. La doctrina cristiana nos enseña y al mismo tiempo nos pide que visitemos a los enfermos y encarcelados. Cada vez más perfecto el ajuste entre la fe y la moral para un testimonio cristiano congruente y convincente. Cada vez más en actitud apostólica; cada congregante mariano convertido, por la gracia divina, en verdadero apóstol de la Gloria de Dios y de su Santísima Madre, procurará atraer a las Congregaciones Marianas a todos aquellos que viere aptos para agregarse a ellas. El celo apostólico se manifestara a través de las obras de misericordia corporales y espirituales.
El congregante mariano con perseverancia infatigable ha de ser cada vez más generoso, más valiente, más piadoso y también más humilde, y con esos presupuestos, bajo los auspicios protectores de la Santísima Virgen María, ganar para Cristo a los hombres de hoy, luchando por la verdad con las armas de la verdad.
Cada vez más, necesitamos de gente joven con espíritu generoso, para promover, en este tiempo como en otros, los intereses de Cristo y de su Iglesia.
Siempre más intensa la devoción Mariana porque María, nuestra Madre, es la Patrona principal y nuestro afecto para con ella ha de ser especial. El congregante mariano procura imitar sus altísimas virtudes, se confía a ella y con pie dad filial la ama y la sirve.
Alguna vez su Santidad Pablo VI saludó a las Congregaciones Marianas de todo el mundo con las siguientes palabras:
"Cuánta materia de admiración y reflexión para nosotros ...al saber que la vuestra se polariza en torno a la Bienaventurada Virgen María, que nos ha dado a Cristo, y que nace de la devoción a los misterios y a las virtudes de Jesús y de María, fundamento magnífico de vuestra espiritualidad ...los ejercicios Ignacianos son eminentemente cristológicos."
La CONSAGRACION a la Madre de Dios en las Congregaciones Marianas es un don completo de sí mismo, don que no es de pura fórmula o de puro sentimiento, sino efectivo, realizado en la intensidad de la vida cristiana y mariana, en la vida apostólica que hace del congregante mariano el ministro de María y sus manos visibles en la tierra.
Por su consagración, el congregante mariano acepta libre y resueltamente su triple consigna: santificación, apostolado y defensa de la Iglesia de Cristo.
La Consagración a la Santísima Virgen María nos compromete a servir a la Iglesia y procurar la salvación eterna de las almas, por la oración, la acción y el ejemplo de las virtudes, también a vivir una vida cristiana ferviente, mas apostólica y más militante, cumpliendo con las reglas de la Congregación, imitando las virtudes de María Santísima, rindiéndole culto y servicio y a ser sus devotos heraldos procurando en nada causarle desagrado.
Los congregantes siempre están bajo la mirada amorosa de María la Virgen y ocupan de ella una particularísima atención, son guiados por ella para alcanzar la perfección cristiana, cuentan con su protección y auxilio y llegan a ser perfectos seguidores de Cristo; la Consagración es un refugio contra las tentaciones, un motivo de confianza en la oración, un estímulo en la lucha de todos los días al servicio de Dios, nos hace de su propiedad y por eso aleja de nosotros los malos pensamientos, nos da valor para emprender grandes cosas, para vencer el respeto humano, para aplastar el egoísmo, para servir y obedecer pacientemente, nos inclina a la pureza a la humildad y a la caridad, al odio del pecado para resistirlo y combatirlo.
El congregante mariano, orgulloso de pertenecer a Jesús y María, sabe que ella lo incita a hacer todo aquello que Jesús manda o desea y así se hace posible el lema mariano que reza:  A JESUS POR MARIA.
La Iglesia ha encomendado a las Congregaciones Marianas el apostolado de todo género, siendo la lista de actividades muy diversa:
Apostolado de los Ejercicios Espirituales, de la oración, del dolor, de la Palabra, de la pluma, de la prensa, 'de la controversia, en la política, en la apologética, el fomento de la Eucaristía, en la catequesis y evangelización, la visita a los enfermos en sus casas y hospitales, a los reclusos en las cárceles, a los pobres, a los niños abandonados y a los hogares desolados, persiguiendo la inmoralidad pública y en la justicia peleando por los derechos humanos, entre obreros y patrones, en Universidades y centros educativos, entre profesionales y políticos y en las cumbres del poder.
Las Congregaciones Marianas dependen enteramente de la Jerarquía eclesiástica en lo tocante a emprender y realizar sus obras. El trabajo de las Congregaciones Marianas por la salvación de las almas se lleva a cabo bajo la dirección de los Sagrados Pastores y por eso se deben llamar, con toda razón, cooperadores del apostolado jerárquico.
El apostolado de los seglares consiste en que estos asuman tareas que se deriven de la misión confiada por Cristo a su Iglesia; todos los miembros de ella están llamados a colaborar en la edificación y perfeccionamiento del Cuerpo Místico de Cristo; el apostolado seglar se ha de colocar entre los principales deberes de la vida cristiana.
Como miembros de la Iglesia, en ella y con ella, alabar al Creador, reprobar lo que ella no apruebe, sentir con ella como ella, sin avergonzarnos nunca de nuestra pertenencia, ni en lo privado ni en lo público, fieles y obedientes porque es nuestra Madre y Maestra.
Digamos algo acerca de lo que son las Congregaciones Marianas:
Son como un pacífico ejército Mariano que se procura, diligentemente, una sólida formación espiritual en la que apoya su actividad apostólica. No son simples asociaciones de piedad, sino escuelas de perfección y de apostolado para aquellos que desean responder con generosidad a los impulsos de la gracia, a buscar y practicar en todo, la Voluntad Divina.
Las Congregaciones Marianas son asociaciones llenas de Espíritu Apostólico que estimulando a sus miembros en el camino de la santidad, los inducen a trabajar por la eterna salvación y perfección cristiana propia y del prójimo haciendo de ellos verdaderos apóstoles de la Virgen María Madre de Dios y excelentes proclamadores del Reino de Cristo. Las Congregaciones Marianas. pueden llamarse con pleno derecho Acción Católica bajo la autoridad de la Jerarquía Eclesiástica.
Las normas y leyes de las Congregaciones Marianas llevan de la mano a tal excelencia espiritual, haciendo accesibles las cumbres de la santidad gracias a los medios que tan provechosamente hacen de sus consagrados, perfectos y absolutos seguidores de Cristo; tales medios son:
  • Los Ejercicios Espirituales; la meditación y el examen de conciencia; la vida de la gracia a través de los Sacramentos;  el trato sumiso y filial con un director espiritual fijo.
  • La Consagración total y perpetua de sí mismo al servicio de la Virgen y la firme promesa de trabajar en la perfección cristiana personal y de los hermanos.
Y ahora, algo acerca del Congregante Mariano:
La vida del congregante mariano se nutre de las fuentes de la piedad cristiana y busca el impulso de la caridad para la acción. Los Congregantes Marianos abrazan gustosos una vida consagrada y dedicada a la santidad y el apostolado porque se han comprometido a seguir fielmente este género de vida hasta la muerte. Brota así, el afán de avanzar más y más en aquella admirable actitud del alma, de no buscar en todas las cosas, sino el beneplácito divino, sirviendo a la Iglesia en la procuración constante de salvar almas por la oración y el ejemplo de las virtudes.
Así pues, las fuentes de su espíritu apostólico son: la oración, la piedad, la Eucaristía, la vida interior sobreabundante, la vida fervorosa, crecimiento incesante en el amor de Dios como fundamento del celo por las almas, sin la cual, no hay verdaderas CONGREGACIONES MARIANAS.
El desbordamiento de una vida interior intensa se ha de traducir en una caridad sobrenatural, entregada y paciente, que toque y llegue al alma del prójimo.
Éxitos: Sí, por la Gracia de Dios las Congregaciones Marianas, nacieron de la Compañía de Jesús en el siglo XVI, luego, de ellas a su vez, han nacido innumerables vocaciones sacerdotales, no solo para esa misma Compañía, sino también para otras órdenes o congregaciones.
De las Congregaciones Marianas de la Parroquia del Verbo Encarnado y Sagrada Familia de la Col. Roma (5ta.Vicaría, 1er. Decanato) han surgido: dos jesuitas, dos dominicos, un franciscano, dos diocesanos y un Legionario de Cristo, dos diáconos, dos vocaciones a la vida consagrada femenina, nueve a diez matrimonios cristianos entre congregantes marianos. Y de las mismas Congregaciones Marianas en Europa y a lo largo de la historia, para mayor Gloria de Dios, cerca de veinte de nuestros queridos Papas Congregantes han surgido de ellas.
Fracasos: ninguno, porque "Aunque la higuera no echa yemas y las viñas no tienen fruto, aunque el olivo olvida su aceituna y los campos no dan cosechas, aunque se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo, yo exultaré en el Señor, me gloriaré en Dios mi salvador" (Ha.3,17-18).
Porque el Señor, es el Señor de la Historia y, ¡el triunfo es del amor!.

A Jesús por María

Este trabajo fue preparado por el C. M. Dr. .Alejo Soto Lara, a partir de la obra del R. P. Clemente Espinosa, S. J. que se titula: MAGISTERIO PONTIFICIO sobre las Congregaciones Marianas.

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