Lo primero que me ha llamado la atención es el mismo Santo Padre.
La impresión que desde los medios se nos comunicaba era la de un Papa introvertido, con cara de malo, que parecía huir de las concentraciones y hemos descubierto un Papa majísimo. Un Santo Padre amabilísimo, que sabe sonreír, con mirada de niño pícaro y queriendo abrazar a cada joven cuando alzaba los brazos y movía los dedos intentando acercarse a todos.
Respecto a lo que ha venido a decirnos, me ha sorprendido la tremenda sencillez del mensaje, pese a que también nos ha metido cargas de profundidad teológica.
Si tuviera que resumir diría:
1.- Lo importante no es tanto la moral como Cristo, descubrir que Cristo está vivo y resucitado y quiere vivir contigo.
2.- La necesidad de la Iglesia y de los hermanos para descubrir a Jesús en los sacramentos, la oración y la comunidad de fe. "Tener fe es apoyarte en la fe de tus hermanos".
3.- La Verdad existe y puede ser conocida y debemos buscarla sin miedos. Es necesario vivir conforme a la Verdad.
4.- La necesidad del apostolado y la evangelización en la vida del cristiano. Id y decid a vuestros amigos lo que habéis visto aquí estos días.
5.- Una vez que descubres a Jesús viviendo contigo esta experiencia te cambia la vida.
Una de las cosas que más me ha dado que pensar es cuando hablaba de que la vida cristiana no sólo implica la inteligencia y la voluntad, sino que también debe afectar al plano de los sentimientos y deseos. ¡Qué difícil es vivir las cosas cuando deseas otras! Por eso es tan necesaria la redención del corazón. Yo creo que esto es uno de los temas más importantes de la lección que nos ha dado en su encíclica sobre el amor, cuando hablaba del eros.
Respecto a otras cosas me ha impresionado que en nigún momento ha hablado contra nadie. Muchas veces en España, los católicos nos movemos reaccionando contra otros. Va siendo hora de que propongamos la Verdad, sin pelearnos con nadie. Una propuesta sencilla, vital, alegre, llena de esperanza y capaz de cambiar la vida de todo el mundo.
Como han hecho los jóvenes de la JMJ que mientras otros les increpaban, insultaban y pegaban ellos cantaban, reían y rezaban.
¡Ésta es la juventud del Papa!
Espero que uno de los frutos de esta JMJ en España sea que a muchos católicos españoles se les quiten los complejos y muestren al mundo la ALEGRÍA DE SER CATÓLICO. ¿A quién le importa las tonterían que digan de nosotros? A vivir con la alegría de la salvación y a comunicarla, "contagiarla" decía el Papa, a los demás.
¡¡VIVA EL PAPA!!
Otra cosa que me ha sorprendido, hablando con sinceridad, es el cariño que los jóvenes voluntarios tributaban a nuestro obispo, cuando sin que mediara ningún peloteo clerical (qué van a ganar los jóvenes con eso...) se pudieron a corear en el IFEMA "¡Rouco, Rouco!", moviendo los brazos arriba y al frente vitoreándole. Y, al final, uno se da cuenta de que una cosa es la vida "clerical" y otra mucho más grande, sencilla y auténtica es el cariño con que los jóvenes siguen al sucesor de los Apóstoles que les conduce a Cristo.
¡¡Viva nuestro obispo!!
Por Cristo, por la Virgen, por la Iglesia...
¡¡Más, más y más!!
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