A comienzos de este curso, varias personas me hicieron saber que no podían acudir al aula de teología de la parroquia porque era por la tarde y tenían que cuidar a sus hijos a esas horas. Les ofrecí hacer algo parecido por la mañana. Con ilusión preparé la primera sesión de un grupo de catequesis para adultos con el Compendio del Catecismo y cuando llegó el momento sólo se presentaron dos personas. Una de ellas se enfadó conmigo y se fue, pero como la otra estaba muy bien dispuesta comenzamos (me dió cargo de conciencia dejarla en la estacada, por una persona que quiere formarse no iba a desaprovechar la ocasión). Un par de días más tarde me encontré con otras personas que me dijeron que no tenían ni idea de la Sagrada Escritura y que les daba vergüenza ir a un grupo de Biblia porque siempre les dejaban en evidencia al saber muy poquito. Como la persona con la que había empezado la formación tampoco tenía grandes conocimientos de la Biblia me permitió que modificáramos el temario y junto con estas otras personas comenzamos nuestra andadura escriturística.
De modo que los miércoles desde las 11:45 hasta las 12:45 nos juntamos para leer y comprender las Escrituras.
Así fue como comenzamos el Grupo de Biblia de la parroquia. Ahora hay seis personas. Llevamos tres o cuatro reuniones y parece que todo va bien. A veces se asustan y me dicen que les meto mucho contenido y otras veces me dicen que vamos muy lentos... En fin, hacemos lo que podemos, pero ya hemos empezado a leer la Biblia y a interpretarla en el mismo Espíritu en el que fue escrita, de la mano de la Iglesia.
Seguimos haciendo lo que podemos. En la parroquia ya tenemos Cáritas, un Centro de Orientación Familiar, Cursillos de Novios, confesiones diarias a mansalva, Misas, catequesis de prebautismales, comuniones y confirmaciones, Vida ascendente, Adoración Nocturna, carismáticos, comunidades neocatecumenales, familias de Nazaret, cuatro grupos de jóvenes, un grupo de chavales y adolescentes al margen de la catequesis sacramental, campamentos y convivencias, tres grupos de matrimonios, grupo de montaña, tres tandas de retiros mensuales, dos tandas de ejercicios espirituales anuales, un grupo de mujeres separadas... Podemos decir que ya tenemos de todo. ¡No nos falta ná! El que no quiera ser santo en esta parroquia es porque no le da la real gana. Gracias a Dios y a nuestro párroco que nos deja hacer todo lo que se nos ocurre...
Un abrazo
No hay comentarios:
Publicar un comentario