No se trata de lo que haces por mí... ¿Me quieres? Todos necesitamos de vez en cuando una dosis de cariño. La parte más bonita de toda la película. Dile muchas veces que le quieres, pero díselo de verdad. No hay cosa que nos devuelva tanto la alegría como saber que tenemos a alguien que nos quiere de un modo muy especial... ¿Quién me quiere a mí?
Es insustituible. Nadie me quiere como Dios. ¡Qué gran suerte he tenido! Aunque a veces me gustaría poder abrazarle. Eso es algo que me reserva para el Cielo. Así sé que aún puedo esperar salvarme porque no hay nada que desee más que verle la cara y darle un abrazo de los que rompen las costillas.
Ojalá los matrimonios pudoérais amaros como mi Señor me ama a mí.
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