Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

martes, 1 de mayo de 2012

Catequesis que impartimos a los niños este último domingo:


 MORIR A UNO MISMO O VIVIR PARA LOS DEMÁS:


Nos hemos dado cuenta de que los chavales de hoy en día tienen una especial dificultad para entender cualquier entrega. Habitualmente, os lo han dado todo en la vida y, a veces, llegáis a pensar que tenéis derecho a todo lo que disfrutáis. Es como un niño que cuanto más se le da y menos se le exige, se vuelve más y más egoísta, incapaz de salir de sí al encuentro con los demás.

¿Te das cuenta de los sufrimientos de tus padres o de tus hermanos?, ¿alguien tiene suficiente confianza contigo como para contarte sus problemas?, ¿alguna vez le has preguntado a alguien, con ánimo de que te responda, qué tal estás? Y ya el colmo del fijarse en los demás ¿alguna vez te has dado cuenta de que alguien a tu lado lo pasaba mal y le has preguntado ¿qué te pasa?

Si has contestado a todo que no, eres un perfecto egoísta.
Si has contestado que sí a muy pocas, eres un egoistón tremendo.
Si has contestado que sí, puedes felicitarte, no te va a costar demasiado comprender esta charla.

"Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos". De nada sirve que me digas que me quieres mucho si no estás dispuesto a mover un dedo por mí. La medida del amor es la capacidad de sufrir. ¿Me quieres?, entonces deberías estar dispuesto a sufrir por mí.

Cuando dices a Jesús que le quieres, ¿qué estás diciendo? Tienes sentimientos positivos hacia Él, pero si no lo traduces en obras, es mentira.
"Quien dice que ama a Dios, a quien no ve, y no ama a su hermano, a quien ve, se engaña a sí mismo, y la verdad no está en él".
¿Te dices cristiano? Empieza teniendo actos concretos de servicio y entrega a tus hermanos, si no, eres un mentiroso. ¿Quieres poner contento a Jesús? Sirve a quienes tengas cerca, como si fuera Jesús.

¿A qué te refieres cuando dices que amas a Jesús? No basta con tener sentimientos bonitos, es necesario tener obras de salvación. ¿Simplemente quieres cumplir los mandamientos, te conformas con eso? Mira lo que dice Jesús: "Si hacéis lo que yo os mando, seréis mis amigos". ¿Quieres ser cristiano? Pues no te conformes con ser buenecito, lucha por hacer lo que Jesús te manda.

¿Hasta qué punto estás dispuesto a llegar? Ese será tu nivel de amor por Cristo.

San Tarsicio era un niño de 8 años que llevaba la comunión todos los días a los cristianos que estaban encarcelados por su fidelidad a Cristo. ¿Tú estarías dispuesto a hacer eso? Pues bien, un día los soldados romanos que le veían acudir a la cárcel cada día, decidieron divertirse a su costa y le dijeron que les enseñara el paquetito que les llevaba a los detenidos. Era el Santísimo sacramento. Para evitar que lo profanaran, San Tarsicio se negó y por ello lo tiraron al suelo y le daban patadas, mientras él apretaba al Señor contra su pecho para evitar que se le cayera. De vez en cuando, le decían que les enseñara lo que llevaba y así le dejarían en paz. Él se negaba una y otra vez, hasta que lo mataron a palos.

San Maximiliano María Kolbe era un sacerdote franciscano, que había creado una ciudadela dedicada a la edición de escritos, folletos y libros para difundir el evangelio. Había llegado a tal punto, que esa ciudad de periodistas cristianos tenía hasta su propio servicio de bomberos. Por su amor a Cristo, había pedido a sus superiores irse a Japón porque le habían dicho que en Japón casi nadie conocía a Cristo. Así que se fue para allá y justo antes de empezar la guerra mundial le pidieron que volviera a Polonia, su patria, y aunque en Japón había tenido mucho éxito y tenía muchísimo trabajo, obedeció.

Poco después, la Gestapo le detuvo y le internaron en un campo de concentración. Él se preocupaba por alegrar e infundir esperanzas a quienes le rodeaban, incluso guardaba la pobre ración de pan que le daban para reforzar a los más débiles de sus compañeros.

Al final, un preso se escapó y el comandante del campo reunió a todos los prisioneros y les dijo: "Por cada uno que se escape, morirán diez presos". Así que empezaron a sacar de las filas de los prisioneros a diez personas al azar. Uno de los seleccionados se echó al suelo y empezó a gritar que tenía cinco hijos, que por favor, no le mataran...

San Maximiliano dió un paso al frente y pidió al comandante que como a él le daba igual quién muriera, que dejaran en paz a ese hombre y le mataran a él.

El modo en el que iban a matarles era mediante un experimento, querían comprobar cuánto tiempo puede vivir un hombre sin comida, ni bebida. San Maximiliano pidió a Dios ser el último en morir, pero no por miedo a la muerte, sino para poder confortar y acompañar a cada uno de sus compañeros. Si alguien tenía que morir solo, no quería que nadie pudiera sufrirlo mas que él.

Como véis, los santos son personas que saben amar con actos concretos a cada persona que se les acerca. Pensad qué puede ser lo que más necesita este mundo, vuestras familias y vuestros amigos y compañeros de clase.

A continuación os remito un fragmento de una carta que escribió la Madre Teresa a una amiga suya:

"En los días de intenso movimiento y vertigo que nos toca vivir, muchas veces y sin darnos cuenta vamos cayendo en una rutina con los nuestros, los vecinos, compañeros de trabajo y personas en general sin darnos cuenta. Es la rutina del olvidarse de ser amable, atenta, y bondadosa pues estas constantemente compitiendo y trabajando por objetivos. Hay que alcanzar las metas que tiene la compañía para sobrevivir en la jungla del mercadeo.

Sin embargo, tu corazón experimenta sentimientos de Honda ternura cuando un día como otro cualquiera te topas repentinamente con un acto de bondad de alguien a quien no conoces. Como le pasó a unos amigos míos al pasar por la ventanilla de peaje en una congestionada carretera de la ciudad de Chicago. Al extender su mano para pagar los 50 centavos de dólar el guardián de la misma les dijo: ” sigan su camino amigos pues la persona que iba adelante pago por ustedes y les deseo un feliz día”. ¿Qué bonito no? Actos de bondad en apariencia insignificantes pero que tocan el corazón de una forma especial y te hacen pensar en la bondad que hay en cada corazón humano. Es bueno tener detalles con personas que muchas veces no conoces y que te hacen crecer como mujer . No sabemos como uno de estos actos puede alegrar el día de esa persona como le paso a mis amigos. 

A continuación te doy algunas ideas para que tu también te animes a implementarlos en tu vida. ( he retocado algunos puntos para adaptarlos a los niños)

1- Da los Buenos días con una gran sonrisa a la persona que va a subirse contigo en el elevador.
2- Paga el peaje a la persona que pasará después de ti.
3- Tómate un minutos para orientar a una persona que este pérdida incluso aunque tengas prisa.
4- Escríbele una carta a tus padres, dándoles las gracias por todo lo que hacen por ti.
5- Ofrécete para irle a hacer las compras al Mercado a una persona mayor.
6- Dale a un vagabundo tu almuerzo de ese día o tu merienda.
7- Dile “te amo” a alguien que tu ames.
8- Si te compraste dos cosas procura regalar una.
9- Haz una llamada de teléfono a un compañero de clase que no haya ido hoy para preguntarle si está enfermo. 
10- Sirve el agua antes a los demás que a ti mismo.
11- Cuando digas gracias y por favor trata de decirlo directamente desde tu corazón.
12- Escucha con todos tus sentidos.
13- No interrumpas cuando alguien esta dando su punto de vista.
14- Aunque la persona no tenga la razón pásalo por alto para promover la armonía.
15- Deja que un conductor agresivo te quite el paso sin encolerizarte.
16- Sonríele a la cajera del supermercado especialmente si ella no te da una sonrisa.
17- Pon las cosas que uses de nuevo en su sitio.
18- Dale las gracias a alguien que haya sido importante para ti.
19- Lleva chucherías para compartirlas en clase. ¡Sorpréndelos!
20- Olvida la deuda que una amiga te debe y nunca más lo recuerdes.
21- Dile algo bueno que haya hecho uno de tus hermanos a tus padres.
22- Simplemente di “lo siento” cuando te has equivocado.
23- Cuando vayas al cine, a un picnic o de visita a un parque recoge la basura.
24- Manifiesta simpatía a alguien que es arrogante. 
25- Contesta el teléfono amablemente aunque no estés de humor.
26- Deja una propina generosa.
27- Ayuda a alguien a hacer los deberes
28- Enseña algo a alguien.
29- Si uno de tus hermanos coge algo tuyo sin permiso, no le digas nada.
30- Aunque te mueras por criticar a alguien no lo hagas.
31- Llévale rosas a tu mamá sin motivo alguno.
32- Abraza a tu papá y dile cuánto lo quieres.
33- Sólo por este día no discutas con nadie de tu familia.
34- Sólo por este día intenta comprender a alguien a quien no soportes.
35- Sólo por este día haz un acto de bondad y siente tu corazón vivo.

Querida amiga, estas son solo algunas ideas que puedes llevar a cabo si quieres hacer una diferencia en la vida de los demás a la vez que te ayudan a crecer como mujer viviendo enfocada en las necesidades de los otros. Pues para llevar a cabo estos “actos de luz” es preciso olvidarse de una misma sabiendo que al hacerlo encuentras todo el amor que reside en tu naturaleza femenina. Es necesario que te animes a abrir tu corazón cada vez más y mejor. Consciente hasta la raíz última de ti misma que como mujer nadie puede manifestar estos actos de bondad y luz como tu.

Cada vez que extiendes parte de ti misma a los otros, te das cuenta de que estas íntimamente unida a tus amigos, vecinos, e incluso a aquellos que no te caigan del todo bien. Es por esto mismo que la generosidad y la bondad tienen el poder de transformarte y mejorar a los otros al mismo tiempo en que también te conviertes en beneficiaria de el amor. No lo olvides."


IMAGINAOS QUE TODO EL MUNDO DECIDIERA HACER CADA DÍA ALGO POR LOS DEMÁS... ¡¡QUÉ MARAVILLOSA SERÍA LA VIDA!!

Pues aunque nadie más lo haga, piensa lo maravillosa que puede ser la vida a tu lado, si te decides a amar cada día con actos concretos.

Recuerda: la Cruz está en amar a cada uno más que a ti mismo, buscar su alegría y su bien por encima del tuyo.



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