Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

domingo, 29 de junio de 2008

Algunos discriminan antes del nacimiento:

Discriminaciones prenatales

Mientras en numerosas naciones se trabaja intensamente por superar discriminaciones de tipo cultural, racial, socioeconómico, por promover una sociedad en la que se respete y asista a los discapacitados, el útero de la madre se ha convertido en una especie de “paraíso discriminatorio”, en un lugar peligroso.


Fernando Pascual
Arquitectos de la cultura de la muerte
Donald De Marco, Benjamin D. Wike

Discriminación: depende de cuál

Mientras en numerosas naciones se trabaja intensamente por superar discriminaciones de tipo cultural, racial, socioeconómico, por promover una sociedad en la que se respete y asista a los discapacitados, el útero de la madre se ha convertido en una especie de “paraíso discriminatorio”, en un lugar peligroso.

Se trata de una situación extraña y compleja. Continuamente se aplican nuevas normas para insertar a los discapacitados en la vida ordinaria. Se pide que los edificios tengan rampas para las sillas de rueda, que los colegios acojan a niños minusválidos y los traten con normalidad, que haya cuotas de alumnos provenientes de clases sociales más desfavorecidas en las universidades, que se supriman barreras raciales que marginen a grupos humanos.

Mientras, toda una industria de la discriminación permite y, a veces, exige el realizar diagnósticos prenatales que buscan, fundamentalmente, descubrir deformaciones o enfermedades en los embriones y fetos. Si un ser humano no nacido tiene algún tipo de discapacidad, su eliminación está permitida. No faltan los casos en los que se presiona explícitamente a las mujeres para que lo aborten.

Todo ello no es sino el resultado de una mentalidad discriminatoria, quizá de la máxima expresión de la misma. En estos casos no se aísla o margina a quien sufre alguna enfermedad o no goza de ciertas cualidades deseadas por los padres, sino que simplemente se suprime su vida, a veces con dinero público.

¿Terapéutico?

Algunos países han llegado a aprobar leyes con la que resulta plenamente “normal” la eliminación de embriones y fetos que morirían poco tiempo después de nacer (no faltará quienes alarguen este criterio a algunos meses o años), como si esto fuese un bien para la sociedad. Según este criterio, sólo sería protegido en el seno materno el hijo que tuviese buena salud. Los demás son discriminados, condenados a un aborto mal llamado “terapéutico”.

En este contexto se coloca una observación importante: algunos diagnósticos prenatales conllevan un cierto porcentaje de errores. Esto significa que algunos test declararían sanos a embriones o fetos que serían enfermos, lo cual permitiría el nacimiento de hijos no deseados. Otras veces, también por error, se declararían enfermos a embriones o fetos sanos, y así serían abortados quienes podrían haber nacido con aquellas cualidades que la sociedad exige para “otorgar” el derecho a vivir.

Esta observación, sin embargo, es marginal. El centro de la cuestión no está en que “estamos eliminando fetos sanos” o “se nos están escapando fetos enfermos”. La pregunta que no podemos rehuir es esta: este individuo humano, este hijo, ¿vale menos porque no reúne las condiciones de perfección que imponen algunos adultos, porque tiene la síndrome de Down, porque tiene un defecto físico?

Los defensores de los derechos humanos tienen un campo de trabajo enorme para superar esta situación de injusticia. Ninguna nación progresista puede permitir la discriminación de seres humanos que sufran alguna discapacidad. Ni fuera ni dentro del útero materno.

Contradicción médica

Los médicos, a su vez, llamados a ser promotores de la salud, no pueden dedicarse sólo a curar a los adultos minusválidos y enfermos y permitir, al mismo tiempo, la muerte de embriones y fetos “inferiores”. Cualquier discriminación, en ese sentido, demuestra la degradación ética de un pueblo que mide el valor de los individuos humanos según cualidades físicas socialmente reconocidas: quienes no alcanzan un mínimo de perfección estarían condenados, si están todavía en el útero de sus madres, a su eliminación.

Superar la mentalidad discriminatoria exige un trabajo serio, profundo, por defender la dignidad de cada ser humano. Nadie puede ser eliminado por no ser perfecto, por estar enfermo, o porque va a morir más temprano o más tarde.

La vida es un tesoro frágil que exige respeto y apoyo. Sólo desde ese respeto tendremos una medicina digna de un mundo más justo y más abierto a los débiles, a los marginados, a los enfermos, a todos los hombres y mujeres sin distinciones o prejuicios discriminatorios.


sábado, 28 de junio de 2008

Lecturas de la Misa del Domingo:

Solemnidad de San Pedro y San Pablo
29 de junio de 2008

PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 12,1-11

En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, mandó detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno: tenía intención de ejecutarlo en público, pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado a ellos con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.

De repente se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo:

--Date prisa, levántate.

Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las sandalias.» Obedeció y el ángel le dijo:

--Échate la capa y sígueme.

Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel. Pedro recapacitó y dijo:

-- Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL

SALMO 33

R.- EL SEÑOR ME LIBRÓ DE TODAS MIS ANSIAS

Bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloría en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren. R.-

Proclamad conmigo la grandeza del Señor

ensalcemos juntos su nombre

Yo consulté al Señor y me respondió

me libró de todas mis ansias. R.-

Contempladlo y quedaréis radiantes,

vuestro rostro no se avergonzará.

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

y lo salva de sus angustias. R.-

El ángel del Señor acampa

en torno a sus fieles y los protege.

Gustad y ved qué bueno es el Señor,

dichoso el que se acoge a él. R.-

SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A TIMOTEO 4, 6-8.17-18

Querido hermano:

Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. El me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. ¡A El la gloria por los siglos de los siglos, Amén!

Palabra de Dios

ALELUYA Mt 16,18

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y el poder del infierno no la derrotará.

EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 16,13-19

En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesárea de Felipe y preguntaba a sus discípulos:

--¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?

Ellos contestaron:

--Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. El les preguntó:

--Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

--Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

Jesús le respondió:

--¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

Ahora te digo yo:

--Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Palabra del Señor

jueves, 26 de junio de 2008

Porque no nos merecemos menos...


¿Por qué el matrimonio es para siempre?


Montserrat Gas
Escuela de Familia
Más allá del sí, te quiero
Aníbal Cuevas

La propia identidad

¿Somos libres de volar? No, porque la naturaleza no nos ha dotado de esa capacidad que, en cambio, tienen la mayoría de las aves. ¿Un médico puede dejar de serlo? Puede decidir no ejercer esa profesión, pero sus conocimientos de Medicina le acompañarán el resto de su vida. La realidad de lo que somos, y de cómo vamos forjando nuestra propia identidad con nuestra actuación libre, nos impone sus límites. Es bueno que sea así. Y es de sabios aceptarlo.

Lo mismo ocurre con el matrimonio. ¿Somos acaso libres de dejar de ser hijos de nuestros padres? No, porque se es hijo, y ésa es una identidad imborrable, que es para siempre. Nadie lo duda. Pero ¿y ser cónyuges? ¿Se puede dejar de ser marido o mujer? Según una visión hoy bastante difundida, la respuesta sería afirmativa: todos los días oímos hablar de ex-maridos o ex-mujeres, o simplemente, de los "ex". ¿Es esto realmente así? ¿O es más bien una forma de interpretar una realidad que puede resultar incómoda? Trataré de explicarme.

Lo que no es matrimonio

Para muchos el matrimonio no pasa de ser una relación creada por el Derecho o por la autoridad pública, un vínculo o lazo meramente "legal". El matrimonio sería una realidad creada por las leyes. En el matrimonio no serían las personas las que se vinculan entre ellas, sino que es la ley quien "crea" el lazo matrimonial entre los cónyuges, como algo externo y distinto de ellos, que no las implica personalmente.

Vistas así las cosas, sería lógico pensar que, en virtud de la misma autoridad, quien puede "casar" a dos personas, las puede también "descasar", es decir, puede deshacer esa relación creada por la ley.

Por otro lado, muy a menudo se identifica el matrimonio con una relación sentimental. ¿Y qué son los sentimientos? Movimientos de la afectividad humana, por naturaleza volubles, que hoy son y mañana pueden dejar de ser. Cuando las relaciones humanas se basan exclusivamente en los sentimientos, son relaciones débiles, frágiles, caducas. Surgen con facilidad, pero se rompen con la misma rapidez con que nacen.

No hay más que echar una ojeada a las revistas del corazón para comprobar el fluctuar de lo que son simplemente "compañeros sentimentales". Lo que no dicen esas publicaciones es que detrás de esos continuos cambios de pareja hay una profunda, aunque a veces inconsciente, frustración. Lo que busca el corazón humano es amar y ser amado, y el anhelo del corazón es que ese amor sea estable y duradero. Pero esa estabilidad es imposible que se dé en una relación basada solamente en los sentimientos.

¿Qué es entonces casarse?

En primer lugar, la relación matrimonial no la ha inventado nadie; es una realidad originaria, natural, que la persona –hombre y mujer–"descubre" en sí misma. En el descubrimiento de lo que es el matrimonio, entra en juego el modo de ser de la persona, su modo de relacionarse, su modo de buscar y encontrar la felicidad; en definitiva, su naturaleza.

El matrimonio es una clase específica de relación –de comunicación– humana, basada en la diversa estructura sexual del ser humano. Esta relación o comunicación, que es propia del matrimonio, tiene como fundamento el amor, que es la fuerza que une. Si hablamos de comunicación, hablamos de dar y recibir. Por eso el amor matrimonial es un amor de donación y de aceptación, específico entre personas sexualmente complementarias: mujer y varón.

El amor que construye el matrimonio es el amor de donación, un amor que comporta darse y acoger al otro. Este amor es totalmente distinto del amor posesivo, que es un amor egoísta y perverso, porque quiere al otro exclusivamente por la satisfacción que proporciona. El ser humano debe ser querido por sí mismo y se rebela a ser convertido en objeto de placer; por eso, el amor posesivo no puede durar, porque no es amor genuino y termina siempre en conflicto y en ruptura.

En el matrimonio se produce la entrega y la aceptación de las personas: no es una especie de acuerdo o contrato que nos toca externamente, como algo que sucede fuera de nosotros y no influye en la configuración de nuestra personalidad. Si compramos un coche o vendemos un piso, no se ve afectado nuestro ser, nuestra identidad personal. La entrega matrimonial, en cambio, nos afecta íntimamente. Veamos por qué.

Por una parte, entregarse es ejercitar nuestra libertad: sólo puede entregarse quien es libre y tiene dominio sobre su propio ser presente y futuro. Darse a otra persona para toda la vida es un acto de libertad, probablemente el más sublime y soberano que pueda realizar una persona. Es ser LIBRE con mayúsculas.

Darse a otro y aceptarlo como marido o mujer afecta además a nuestra identidad personal. Cuando hay donación y hay aceptación de lo dado, se produce como efecto la pertenencia: lo dado pasa a ser de otro. Cuando se da algo a un amigo, y éste lo acepta, deja de pertenecernos para pasar a ser propiedad del otro. Pues bien, en el matrimonio, la mutua donación y aceptación producen como resultado lógico, la mutua pertenencia entre los esposos.

El matrimonio es el paso del "tú y yo" del noviazgo al "nosotros": esa identidad común de los que se pertenecen y que no es mera convivencia, estar "junto a"; es mucho más que "estar con", colaborando para hacer algo juntos. Es un nuevo modo de ser y de estar en el mundo, porque cada uno de los esposos ha decidido libremente ser del otro y aceptar al otro como parte del propio ser.

La verdadera entrega

Como veníamos diciendo, lo que se entrega en el matrimonio son las personas, no algo externo a ellas. Hablar de entre a de las personas es algo muy distinto que hablar de entrega de cosas. La donación de personas, si es verdadera, exige la totalidad, porque si fuera parcial –a prueba, por un tiempo– supondría tratar a la persona como objeto, como mercancía. Las personas no se prueban, se quieren y se aceptan tal como son; una prueba colocaría a la persona al mismo nivel que un electrodoméstico o que un animal.

¿Y qué significa darse totalmente a otro? Para los seres que estamos sometidos al tiempo, dar la totalidad del ser implica entregarse con proyección de futuro: entregar la persona es entregar toda la biografía, toda la vida futura. Es hacerse del otro para siempre, mientras ambos vivan.

Hemos dicho hace un momento que la mutua pertenencia crea una nueva identidad personal: "ser marido de", "ser mujer de". Ser cónyuge no es algo pasajero, transitorio, que se hace y se deshace. No es un rol que atribuye la ley o la sociedad. No "se hace de" marido o de mujer, como no "se hace de" hijo o de padre, sino que "se es" padre, madre, hijo, hermano...

Ser marido y ser mujer son identidades familiares, como lo son las que tienen su origen en la sangre: filiación, fraternidad; es, incluso, más fuerte, puesto que entre cónyuges hay mutua pertenencia, mientras no la hay entre padres e hijos.

La identidad, lo que cada uno somos, no se pierde, es para siempre. Si se perdiera, dejaríamos de ser lo que somos. Quien intenta ignorar la realidad o encubrirla intentando que la ley "disuelva" lo que es indisoluble, no sólo se engaña, sino que se está haciendo daño a sí mismo, negando lo que es su propia identidad.

Aceptar la realidad

Que el matrimonio entendido como entrega total de las personas es para siempre, puede ser algo relativamente fácil de entender, a nivel teórico. Otra cosa es que esta realidad resulte difícil de aceptar: pero aquí nos situamos en otro plano. Es la dureza del corazón lo que ha hecho que el hombre intente negar ese modo de ser del matrimonio, o busque "vías de salida" que, sin negar la teoría, la rechazan en el plano de los hechos.

Y la dureza de corazón se traduciría hoy en la incapacidad de amar de acuerdo con lo que la persona es y se merece. Y es que para que haya matrimonio hace falta que haya amor conyugal: un amor verdaderamente humano, que comprende la dimensión sensible y la afectiva -el amor sentimental- y también la inteligencia y la voluntad, la libertad; al casarse se dice no sólo "te quiero", sino "te quiero y quiero quererte porque eres para siempre parte de mi ser".

Hay parejas que acuden a contraer matrimonio con un amor inmaduro, un amor sentimental y, en el fondo, egoísta; que no quieren comprometerse, no quieren entregarse, y por eso piensan en romper si hay problemas; o no quieren tener hijos porque son una "atadura"; o pretenden seguir manteniendo otras relaciones, etc. Se confunde casarse con el simple "vivir con" mientras ese "con-vivir" satisfaga a ambas partes. No hay en estos casos amor conyugal y no hay, por tanto, matrimonio.

Hay parejas que se casan realmente y, a pesar de los esfuerzos –de uno o de los dos–, surgen problemas sin solución; hay situaciones ante las que no se puede hacer nada más que aceptar la cruz: la cruz de la enfermedad, del abandono...

Pero hay muchas más parejas que se casan de verdad, pero dejan que su amor se apague. No basta casarse y dejar que pase el tiempo. El amor hay que cultivarlo con miles de detalles. Y a la vez hay que conocer las etapas de la vida y del amor. El amor debe manifestarse de muchas maneras, también en forma de perdón, de olvido. El amor debe reinventarse a lo largo de la vida matrimonial: muchas veces habrá que recomenzar, volviendo al amor inteligente de la primera etapa del matrimonio, aquél que no desaprovechaba ninguna ocasión para la conquista. No hay que ver el matrimonio como un punto de llegada; al contrario, el matrimonio es un punto de partida. El "sí" del matrimonio se proyecta al futuro.

Amar es importante, pero es más importante querer amar Querer amar como decisión de la voluntad libre, que se proyecta hacia el futuro. Y quiere amar así quien se entrega totalmente al otro en el matrimonio. Ése es el amor duradero al que aspira íntimamente el corazón humano. Sólo ese amor tiene voz para decir para siempre.


Para los papás:


Recuperar la figura paterna


María Ester Roblero C.,
Hacer Familia
Los 7 mitos de las madres trabajadoras
Suzanne Venker

Desde hace varias décadas comenzó a hablarse del “padre ausente” como caso característico de hogares donde, por divorcio o por haber nacido el hijo fuera del matrimonio, la figura paterna había desaparecido de la vida del niño. Más adelante, el término “padre ausente” empezó también a aplicarse a aquellas familias donde, existiendo un padre, éste hubiera abdicado de su rol por un desorden en sus prioridades, por verse aplastado por una “súper mujer” descalificadora o por simple inconsciencia sobre los efectos que tendría en la vida de sus hijos esta dejadez.

Víctimas de un modelo

A juicio del norteamericano Robert Rector, de la Heritage Foundation de los Estados Unidos, muchos han lucrado por motivos ideológicos del cliché del padre ausente y sin autoridad sobre los hijos. Algunas feministas, por ejemplo, señalan que el padre es un fósil cultural de un modelo familiar en extinción y reemplazable en otros “tipos de familia” donde no necesariamente se da el triángulo padre-madre-hijos. Otros, los que abogan por un Estado todopoderoso, siempre están dispuestos a buscar fórmulas para llenar el vacío del padre ausente y ganar terreno en la vida de los individuos. Así, señala este norteamericano, “en EE UU, al igual que en otras sociedades, la familia tradicional integrada por marido, mujer e hijos, está siendo reemplazada por un nuevo modelo integrado por mujer soltera, hijos y subvención pública”. Por otra parte, como ha dicho Juan Pablo II, existe un interés en difundir la idea de que los hijos son un “derecho”, despreciando el real y auténtico derecho, que es el de los hijos, a ser concebidos por un padre y madre que crean las condiciones necesarias para que su crecimiento sea sereno y armonioso.

Lo que nadie se atreve a decir en voz alta, es que todas las partes involucradas son víctimas del nuevo modelo. Partiendo por los hombres que aunque aparecen como los “liberados” de la carga de criar hijos, en el fondo se ven privados de la verdadera madurez que supone sacar al hogar adelante y se pasan su vida en un limbo de perpetua adolescencia egoísta. Luego, las mujeres que, sin la protección psicológica y social que da un matrimonio, se empobrecen y al cabo de unos años, terminan estableciendo relaciones amorosas difíciles y abusivas con hombres incapaces de comprometerse. Y finalmente, por supuesto están los hijos: la ausencia de figura paterna los vuelve básicamente inseguros. Su adolescencia se transforma en un caos de sentimientos encontrados donde la rabia, la violencia, la desazón no alcanzan a cuajar en un reclamo por estar privados de algo a lo que, en justicia, tenían derecho: un padre.

Capítulo aparte merece enumerar todas las consecuencias que tiene para cualquier Estado no defender el espacio propio a la familia: junto a la desaparición de la figura del padre ha crecido la tasa de deserción escolar, el embarazo adolescente, la drogadicción y la criminalidad juvenil.

Una sociedad “adolescéntrica”

La pérdida de la figura del padre –dice Anatrella– se explica en otros fenómenos sociales:

La revolución cultural de año 68, señala, dejó entre sus muchas estelas la idea de que el modelo humano a seguir es la de un adolescente idealista, espontáneo y sin fuerzas externas que condicionaran su libertad. El resultado es que hoy toda nuestra sociedad se ha vuelto “adolescéntrica”. Así como en otras épocas el modelo a imitar era el anciano sabio, o el adulto seguro y responsable, hoy aparece entronizado el adolescente: entonces la libertad es confundida con espontaneidad, el amor con seducción, y el compromiso con una atadura.

En este contexto, ser padre es imposible, puesto que el propio padre quiere o cree ser un adolescente. Y como en la adolescencia el valor supremo es la amistad, quiere ser “amigo” del hijo. Al respecto el propio Juan Pablo II ha dicho: “no tengan miedo de ser padres, … llamarles la atención y corregirlos cuando sea necesario, con todo el afecto y la ternura, es indispensable para educarles en la verdad”.

También las mujeres han influido en desacreditar la función paterna. Pues junto con luchar por el reconocimiento de sus aportes a la educación de los hijos no han sabido preservar los valores masculinos que también forman parte de la riqueza familiar. Por ejemplo, hoy es poco popular que la mujer destaque ante sus hijos la figura de un “hombre-marido” que tiene la responsabilidad de mantener la familia. ¡Podría ser acusada de machista! Sin embargo, dice Robert Rector, “esa imagen de marido es importante para los hijos. Los jóvenes necesitan de ese modelo por cuanto, sin esa aspiración de tener ellos mismos su propia familia, pierden motivación y empeño en su estudio y trabajo”.

Por otra parte, dice Anatrella, si la mujer no trasmite a sus hijos la idea de un marido que los cuida, también altera el proceso de identificación sexual de los niños “Cuando el varón deja de verse a sí mismo como alguien que apoya y protege a la mujer, cambia la naturaleza de sus relaciones sexuales que se vuelven terriblemente egoístas”.

Por otra parte, los conceptos de orden y autoridad han sufrido una profunda devaluación en occidente. Tanto se ha exaltado el valor del consenso que ha llegado a creerse que este implica ninguna norma. Sin embargo, la falta de autoridad paterna a nivel familiar, pronto ve plasmados sus efectos a nivel social: «¿Qué adulto osaría hoy –pregunta el psicoanalista francés Tony Anatrella– llamar la atención a un grupo de jóvenes en la calle, en el metro o en cualquier otro lugar? Prefiere callar y seguir su camino».

La ausencia de figura paterna también tiene relación con los prejuicios que han invadido la transmisión de la fe cristiana a las nuevas generaciones. Tony Anatrella, desde su doble experiencia de psicoanalista y sacerdote, dice que se ha cometido un grave error al dejar de hablar de paternidad con pretexto de no herir a los hijos de divorciados. O por temor a que el oyente rechace a Dios porque tuvo mala relación con su padre. O porque algunos se sienten ofendidos por quienes dicen que Dios es padre y por tanto hombre. Privar al ser humano de la novedad traída por Cristo al mundo de ser “hijos” de un padre bueno es un terrible error.

En la misma línea, David Blankenhom, presidente del Institute por American Values, de religión protestante, hace una respetuosa crítica a los católicos: si bien la hermandad de Cristo es importante, no insisten en el papel de Dios Padre y tal vez, la desvalorización de la figura del padre en la sociedad actual coincide con la negación de paternidad de Dios.

Aquilino Polaino Lorente,
psiquiatra y académico de la Universidad Complutense de Madrid señala:

- El vínculo padre-hijo proporciona al niño que crece la seguridad que tanto necesita. Le da confianza en sí mismo, elemento clave en el que se apoya toda su autoestima. El hijo, tras la exigencia del padre –que siempre debe ser exigencia amorosa– descubre que puede hacer más de lo que hace, que alguien confía en él y espera algo de él. Se siente valioso, pues si no lo fuera, su padre no le pediría nada.

- El infantilismo y la inmadurez crónica son las consecuencias directas de la falta de padre. Si el hijo no aprende a ser hijo, le será mucho más difícil llegado el momento ser padre. De ahí las crisis que sobrevienen luego cuando a un hombre le tocan asumir las exigencias propias de la paternidad. En vez de acoger al hijo, al más mínimo problema, tienden a dejarle solo.


sábado, 21 de junio de 2008

Lecturas de la Misa del Domingo:

XII Domingo del Tiempo Ordinario
22 de junio de 2008

PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE JEREMÍAS 20, 10-13

Dijo Jeremías:

-- Oía el cuchicheo de la gente: "pavor en torno”. Delatadlo, vamos a delatarlo. Mis amigos acechaban mi traspié. A ver si se deja seducir y lo violaremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él. Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor de los Ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa. Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL

SALMO 68

R.- QUE ME ESCUCHE TU GRAN BONDAD, SEÑOR.

Por ti he aguantado afrentas,

la vergüenza cubrió mi rostro.

Soy un extraño para mis hermanos,

un extranjero para los hijos de mi madre;

porque me devora el celo de tu templo,

y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.-

Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío,

el día de tu favor;

que me escuche tu gran bondad,

que tu fidelidad me ayude. Respóndeme,

Señor, con la bondad de tu gracia;

por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R.-

Miradlo, los humildes,

y alegraos, buscad al Señor,

y revivirá vuestro corazón.

Que el Señor escucha a sus pobres,

no desprecia a sus cautivos.

Alábenlo el cielo y la tierra,

las aguas y cuanto bulle en ellas. R.-

SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 5, 12-15

Hermanos:

Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud.

Palabra de Dios.

ALELUYA Jn 15, 26b. 27a

El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí --dice el Señor--, y también vosotros daréis testimonio.

EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 26- 33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

-- No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.

Palabra del Señor

viernes, 20 de junio de 2008

Castores a Belén...

Heineken - dejar de tomar? naaa..

¡Qué aburrido es ser hijo único!

Sin palabras...

¡¡ Blog estupendo !!

Gracias a Dios, hay personas que trabajan mejor que uno mismo.

Visitad este blog y ya me diréis: www.pensarporlibre.blogspot.com


Conocí al autor hace unos años y me lo pasé genial con él. Es un sacerdote de los pies a la cabeza. Y, desde que le conocí, leo lo que publica habitualmente. Escribe con mucho sentido común, con gracia y con Gracia. Ya me entenderéis cuando entréis en el blog.

Intenta atrapar el viento...

He descubierto un blog que es una maravilla.

www.pensarporlibre.blogspot.com

Un abrazo

sábado, 14 de junio de 2008

Lecturas de la Misa del Domingo:

XI Domingo del Tiempo Ordinario
15 de junio de 2008

PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DEL ÉXODO 19, 2-6a

En aquellos días, los israelitas, al llegar al desierto del Sinaí y acamparon allí, frente al monte. Moisés subió hacia Dios. El Señor lo llamó desde el monte, diciendo:

-- Así dirás a la casa de Jacob, y esto anunciarás a los israelitas: "Ya habéis visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

SALMO 99

R.- NOSOTROS SOMOS SU PUEBLO Y OVEJAS DE SU REBAÑO.

Aclama al Señor, tierra entera,

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores. R.-

Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño. R.-

El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades. R.-

SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 5, 6-11

Hermanos:

Cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos --en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir--; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.

Palabra de Dios.

ALELUYA Mc 1, 15

Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.

EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 9, 36- 10,8

En aquel tiempo, al ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:

-- La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.

Llamó a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, el llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:

-- No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Lo que gratis habéis recibido, dadlo gratis.

Palabra del Señor.

jueves, 12 de junio de 2008

¿Qué pasa con el sufrimiento del inocente?

LADRILLAZOS
"El sufrimiento, el dolor, el disgusto, la humillación, la experiencia de desolación,… no son más que un beso de Jesús, un signo claro de que están tan sumamente cerca de Él, que ha podido besarlos".
Madre Teresa
Remedios Falaguera
sobre la macha: confesiones de un tetrapléjico que ama apasionadamente la vida
Luis de Moya

Lo que no se puede entender

Hace unos días, un matrimonio joven con varios hijos nos invitaron a cenar. Se trasladaron a mi ciudad hace un par de años, única y exclusivamente, porque alguien les hablo de un centro que podía ayudarles a sacar adelante al segundo de sus hijos con una enfermedad desconocida y sin curación que le provoca la discapacidad de por vida.

El amor paternal –sin límites– les llevó, con una valentía ejemplar y mucha esperanza, a abandonar todo lo que tenían. Su magnifica casa, su trabajo, la familia, los amigos,… Nada de todo eso les importaba. Solo vivían por y para la felicidad de su hijo.

Pues bien, al poco tiempo, tras superar el miedo inicial, un miedo legítimo, a lo que les depararía el futuro con un nuevo embarazo, nació su cuarto hijo. Un niño sano y alegre, que les devolvió la confianza, la serenidad y, sobre todo, la paz. Pero de repente su vida ha dado un vuelco. Parece ser –todavía quedan muchas, muchísimas pruebas por hacer–, que su bebe sufre los mismos síntomas que su hermano.

¡Qué mazazo!, ¡Cuánta impotencia!, me decían con lagrimas en los ojos. ¿Por qué a nosotros otra vez? ¿Qué hemos hecho para tener que volver a pasar por esta experiencia nuevamente? ¿Qué pasará con nuestros hijos "sanos", cuando ya no estemos nosotros para echarles una mano? ¿Podrán soportar la "carga" de dos hermanos, necesitados "constantemente" de una atención especial? Y, sobretodo, ¿Cómo volver a confiar en un Dios que se dice Misericordioso y que permite el sufrimiento y la enfermedad?

Y me quedo sin saber qué responder. No, no me atrevo a utilizar frases hechas que intentan racionalizar algo tan duro de asumir para unos padres, como es la enfermedad de un hijo.

Ellos saben que sus amigos estaremos siempre dispuestos a poner nuestro hombro para que lloren, todas las horas del día para que descansen, todas nuestras palabras para animarles, todas nuestras oraciones para que les consuelen y fortalezcan,…En una palabra, toda nuestra vida para que su sufrimiento no sea inútil.

Con una nueva luz

Pero, ¿cómo hacerles comprender que Dios NO está jugando con ellos, sino que más bien les considera capacitados para transformar su amargura y desesperación por la esperanza del que se sabe Su estrecho colaborador? ¿Cómo explicarles el privilegio de estos "besos de Jesús", como llamaba la Madre Teresa al sufrimiento, que nos da las cargas, la Cruz, que podemos llevar, porque Él SÍ confía y cree en nosotros?

Entonces recordé las palabras que Benedicto XVI dirigió a jóvenes discapacitados en Nueva York el pasado 19 de abril:

"A veces es un reto encontrar una razón para lo que aparece solamente como una dificultad que superar o un dolor que afrontar. No obstante, la fe nos ayuda a ampliar el horizonte más allá de nosotros mismos para ver la vida como Dios la ve. El amor incondicional de Dios, que alcanza a todo ser humano, otorga un significado y finalidad a cada vida humana. Por su Cruz, Jesús nos introduce realmente en su amor salvador (cf. Jn 12,32) y así nos muestra la dirección, el camino de la esperanza que nos transfigura, de modo que nosotros mismos lleguemos a ser para los demás transmisores de esperanza y amor".

Que difícil resulta verlo de esta forma pero seguro que vale la pena intentarlo, ¿o no?



martes, 10 de junio de 2008

La alegría de una vida entera con Dios...


Hermanos y hermanas mayores

Llegué un par de minutos antes de que empezara la misa de una y media en una parroquia de aquella ciudad. Entré.


Arturo Guerra
Leyendas negras de la Iglesia
Vittorio Messori

No es por aburrimiento

Me encontré con un nutrido grupo de hombres y mujeres en callada piedad; desde mi punto de vista, muy mayores. Sólo desentonábamos una mamá, su inquieto bebé que desde un carrito azul se esforzaba por dejar claro que estaba presente, y yo.

Es posible que llegados a este punto a alguien se le ocurra comentar que a la iglesia sólo van los viejos porque no tienen nada que hacer, porque no saben cómo administrar su aburrimiento, porque comienzan a temer irracionalmente el después de la muerte...

Pero dudo mucho que esos pensamientos reflejen la realidad...

Son ellos quizá los que asisten a la iglesia más libremente... Algunos están ahí después de haberlo probado todo en la vida (excepto a Dios) y finalmente han descubierto en Él una felicidad que sabe a eternidad. Otros vuelven con lágrimas en los ojos después de haber malgastado la fortuna lejos de la casa del Padre. Otros nunca se marcharon; han estado ahí todo el tiempo porque desde siempre Dios ha fundamentado su plenitud humana y su realización como personas...

Qué historias detrás de cada uno de ellos, qué itinerarios, qué depósitos de experiencias, qué caminos, qué sedimentos de vivencias multicolores, qué pluralidad de modos de vida...

Sí, ellos vislumbran una eternidad ya cercana... Pero ésa es una eternidad que a todos nos aguarda. No sólo a ellos. Ninguno de nosotros sabemos ni el día ni la hora. Es un misterio que ningún científico, ninguna técnica, ninguna ideología han podido explicar ni descifrar: simplemente porque no les compete...

Unos con bastón, otros con temblores, otros no pueden ya arrodillarse, otros hacen su mayor esfuerzo por realizar un gesto de adoración en la consagración, ese momento en el que un trozo de pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Lo que no valía la pena

Cómo debería interpelarnos su religiosidad, cómo deberíamos acordarnos de que la vida es breve, de que tarde o temprano esa vida llegará a su fin, de que nuestra juventud y nuestros proyectos pasarán más rápido de lo que nos imaginamos, de que al final de la vida lo único que va a quedar será lo que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres, de que entonces muchas cosas se habrán ya evaporado porque realmente no eran importantes a pesar de los muchos años y años que hayamos dedicado a acariciarlas: dígase salud, dinero...

Entre estas personas puede percibirse una fina sensibilidad hacia el mundo sobrenatural. Para algunos de ellos el hecho de conocer demasiado el mundo les ha dejado vacíos y les ha acercado al mundo espiritual, al de Dios, donde ni la polilla carcome ni la herrumbre corroe. No es que hayan dejado de amar su planeta, su terruño, sus seres queridos. Siguen siendo de este mundo. Tan de este mundo que una de las presentes venía de sus compras y había dejado recargadas sobre el muro un par de bolsas repletas, de las que sobresalía un frasco de detergente para pisos... Pero se han hecho más sensibles a una realidad que antes sólo conocían de lejos y que ahora, en cierto sentido, son capaces de tocar.

También el sacerdote celebrante era anciano. Sobre la nariz llevaba una gasa blanca. Su dicción a veces se entrecortaba. Pero ese rostro parchado y esa voz quebrada traslucían una bondad acendrada y añeja fruto de muchos inviernos al servicio de Dios y de los hombres.

Mientras tanto otros caen

Cuenta Tatiana Góricheva –una rusa ortodoxa conversa desde el ateísmo más militante– que durante los años más represivos contra la religión por parte del gobierno soviético, agentes estatales “profetizaban” a un sacerdote ortodoxo más o menos en estos términos: dése cuenta de que su Iglesia morirá pronto, basta que usted constate que actualmente a su iglesia sólo asisten unas cuantas viejas ignorantes; una vez que mueran esas ancianas usted se quedará sin trabajo y podremos dar el último adiós a su religión que quedará como reliquia de un pasado oscurantista y supersticioso.

Y lo curioso es que la URSS como sistema es ya una triste reliquia del pasado...

El bebé, como buen bebé, en algún momento de la misa lloró sonoramente... Y es muy posible que él, cuando alcance la edad de 80 años, asista a la misa de una y media de esa parroquia; y quizá vendrá acompañado de alguno de sus inquietos nietos recostado en un carrito azul o amarillo o negro...

Junto a ese bebé yo también me sentí un poco intruso en tan madura asamblea. Pero al mismo tiempo me sentí en casa, en familia, como hermano pequeño en la fe. Esa fe que lleva trasmitiéndose dos mil años de generación en generación. ¡Gracias, hermanas y hermanos mayores!