Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

domingo, 31 de julio de 2011

La Compañía del Salvador ya tiene una compañera más:

¿Por qué será que los institutos más serios son los que más vocaciones tienen? Son los que más en serio se toman su consagración los que más gente consiguen "enganchar"... Hay muchas explicaciones sesudas, que tratan de analizar el fenómeno vocacional...

Quizás, cuando una persona quiere entregar de verdad su vida a Dios, prefiere no hacerlo con componendas, a lo fácil, sino que va a aquel lugar donde más fácil lo tenga para llegar a la santidad y otras veces, simplemente es que Dios se lo curra para mandarles jóvenes.

Hace dos días una chica fenomenal, entraba en el colegio del "Mater Salvatoris" para comenzar su proceso formativo y selectivo hasta poder pronunciar sus votos perpetuos en la Compañía del Salvador. No lo hacía porque buscara una vida especialmente dura o segura de ir al cielo, sino porque las había conocido tiempo atrás, le habían llamado la atención y, al final, se dió cuenta de que Dios la quería entre ellas. ¿Por qué alli? Cuando hay otros institutos prácticamente con el mismo régimen de vida y la misma fidelidad... Sólo porque Dios se lo estaba mostrando.

A veces, tendemos a mundanizar demasiado la vocación tratando de descubrir sus causas y el modo que tiene Dios de hacer las cosas... Pues miren, siempre van a ser equivocados esos cálculos. Dios hace lo que le da la gana. "No, es que Dios no juega con las personas..." Me dijeron una vez... ¿Cómo que no? Se lo pasa "pipa" y juega y baila y se ríe y no entendemos lo que nos hace y nos pide que nos fiemos y nos da una vida como ningún otro podría dárnosla.

Esta chiquilla acaba de empezar a jugar con Dios y no sabe dónde se mete, pero al final será la mayor aventura de su vida. Porque aunque Dios juega con cada uno de nosotros, nunca nos va a dejar solos, porque nunca se aburre de nosotros.

¿Quieres tú jugar con Dios?

Lo único que sé es que hoy he casado a una parejita y no estaban tan felices como esta jovencita de mi parroquia. Habrá momentos en que lo pase mal, es lógico, pero ojalá pueda contestar como me respondió a mí una monjita de más de ochenta años, con una sonrisa encantadora. Le pregunté si habían sido más los momentos buenos que los malos y se echó a reir con una risa cantarina, me miró a los ojos con una sonrisa que estallaba el corazón y me dijo: "Ya verás"...

O como decía un sacerdote santo: "¡Soñad y os quedaréis cortos!"

Yo siempre he tenido un miedo especial con estas monjitas, me parecía que tan ascéticas eran que podían anular de algún modo la personalidad de cada una. Que acabaran pareciéndose unas a otras... ¡Qué perdieran lo que a Dios le había enamorado de cada una!

Y me he encontrado con que dentro de la misma casa hay chicas más sonrientes, otras más discretas, alguna explosiva y cada una con su carácter. Que respetan la identidad personal de cada chica y las dejan ser como son, pero mejorando para Dios. Que no hay nada más humano que Dios y que las monjas mayores son las que más sonríen. Me he dado cuenta de que no tengo que preocuparme, que la van a querer y por eso la van a presentar a Dios cada vez más guapa, más alegre, más como Dios la quiere. A ella, no a una copia de monja estereotipada.

¡Qué alivio! ¡Qué alegría! No es un fruto mío, pero estoy orgullosísimo de haber podido acompañarla desde un plano discreto, rezando cada día por ella y sin meterme demasiado donde no me llamaban. Animándola a hablar con su director espiritual y alegrándome de que fuera consolidando su vocación.

La Misa de acogida la presidió el P. de la Cueva sj, que predicó una homilía preciosa hablando de que Marta acogió a Jesús en su casa y hoy Jesús acogía en la suya a Marta (es así como se llama esta chica).

Os pido que recéis por su fidelidad y perseverancia. ¡Qué maravilla ver cómo Dios baila con nosotros! Nos suelta, nos hace dar vueltas, nos toma de la cintura, parece que se escapa, pero siempre vuelve a tomarnos. Ojalá, Marta que este sea el baile de tu vida, ¡no lo encontrarás mejor!

Ad maiorem Dei Gloriam!

sábado, 30 de julio de 2011

Corrección:

El artículo anterior ha sido un lapsus, en principio quería hablar de mi amiga que ha entrado hoy en la Compañía del Salvador, las monjitas que llevan los colegios "Mater Salvatoris", pero ya es muy tarde.

Mañana, si Dios quiere lo comentaremos. Ahora me voy a la cama, que estamos pelín valdados.

Buenas noches!

El tesoro de la comunidad, bien, pero ¿qué comunidad?:

Mi hermano Salvador es el más acérrimo defensor de la vida en comunidad. Él no cree en la santidad de alguien que no tenga comunidad y defiende a capa y espada que es el mejor modo de hacer apostolado, de evangelizar. Parece que le hubieran lavado el cerebro, pero...

A lo largo de la historia de la Iglesia, siempre se ha considerado a los religiosos como el camino más perfecto para llegar a la santidad, incluso entre un sacerdote diocesano y otro religioso, usualmente se consideraba que este último vivía más perfectamente.

Tras el Concilio Vaticano II y su regreso a las fuentes nos dimos cuenta de que todos tenemos la obligación de buscar la santidad, cada uno según su estado. Parecía que ya no había que consagrarse a Dios. ¿Qué sentido tiene la consagración religiosa? ¿Por qué Dios sigue llamando a la vida religiosa? ¿Qué aporta un religioso al mundo? Si cualquiera puede dedicarse a la enseñanza, montar una ONG o dedicar su vida a Dios sin votos, ni botas, ni botines...

Pero de pronto, uno se topa con algunos religiosos admirables como son los Discípulos de los Corazones de Jesús y de María, los Misioneros del Evangelio de la Misericordia de Dios y algunos movimientos que están surgiendo como Schola... Desde luego, algunos jesuitas insignes de la vieja guardia... En fin, uno se topa con algunos religiosos  ante quienes deberíamos quitarnos el sombrero.

Entonces surge la pregunta que uno lleva semi-oculta en el corazón... ¿No querrá Dios más de mí? (Bueno, más que "más", "de otro modo") Siempre me ha llamado poderosamente la atención y he tenido como un anhelo por la consagración. Pero el otro día un religioso me decía que la diferencia entre un sacerdote y un religioso es la obediencia, como si los sacerdotes diocesanos pudiéramos hacer habitualmente lo que nos apeteciera. Parece que el religioso obedeciera más... ¡Menuda estupidez! No dudo de que habrá curas que hagan lo que quieran, los he conocido, del mismo modo que también conozco religiosos que hacen lo que les viene en gana... Pero no hablamos de eso. Hablamos de curas y religiosos que buscan la Voluntad de Dios. No caigamos en la tontería de poner en un caso al más santo y en el otro platillo de la balanza al más desgraciadito de la procesión.

Si tengo que abandonar las Congregaciones es por pura obediencia, si no puedo este año ayudar en el COF Virgen de Olaz es por obediencia, si me voy a las Rozas, por muy estupenda que es la parroquia y me vaya super contento, es por obediencia (aunque a veces a uno le guste lo que le mandan), si no puedo atender un colegio este curso es por obediencia. Si este año no tengo más que diez días de vacaciones es por obediencia. Mirad, en esta vida obedece todo el mundo. Los hijos a los padres, los maridos a sus mujeres, los empleados a sus jefes... Lo que verdaderamente distingue la vida religiosa y la del cura diocesano no es la obediencia (¡Todos nos pasamos la vida obedeciendo!) sino la vida en comunidad.

La gran diferencia entre mi estado y el de mis amigos los Servidores de la Misericordia es que muchas veces me veo trabajando y evangelizando solo, intentando tirar de un carro con un solo buey. Ellos viven en comunidad: rezan como yo, bueno... un poco más...; trabajan en puestos de la diócesis donde están, como yo; comen como yo... Bueno, un poco menos...; lo hacen todo como yo, pero juntos, en comunidad.

El problema es que muchos religiosos todavía no se han dado cuenta de que el mayor tesoro que tienen es la comunidad. Ponen todo su empeño en santificarse personalmente, pero si vivieran la comunidad todos nos convertiríamos. Eso es en lo que insistía Jesús cuando señaló que la gente se convertirían al observar: "¡Mirad cómo se aman!" No hay testimonio más bonito que el de un grupo de cristianos que se quieren, no sólo con caridad, sino con cariño, con amistad. No se trata sólo de tratar a cada uno con delicadeza, sino de quererles como Jesús te quiere a ti. No sólo con una relación de ágape, sino que se echen de menos y cuando se encuentren ¡se alegren de verse!. Personas con corazón de carne.

Esto me lo enseñaron los Misioneros del Evangelio de la Misericordia de Dios. De hecho, me hicieron una cartulina que guardo como oro en paño con las palabras de San Francisco "El Señor me dió hermanos..." Éste es el gran tesoro de la vida religiosa y que tantas veces parece que nos falta a los sacerdotes diocesanos.



Este tesoro tan grande; el más grande después de la Eucaristía y de la Virgen María; no es exclusivo de los religiosos, pero realmente son quienes lo tienen más fácil para vivirlo si están dispuestos a santificarse no individualmente, sino en el amor fraterno. Por desgracia, es difícil vivirlo en el presbiterio diocesano.

Hoy por hoy, los seminario tratan de inculcarlo, pero no conocemos instrumentos realmente eficaces que en la vida del sacerdote logren el fruto deseado. Y yo creo que cuando me planteo la posibilidad de una consagración, lo que realmente busco es hermanos para caminar juntos hacia su Reino. Porque a mí solo me resulta muy difícil, soy incapaz.

Una cosa muy importante que ya sabía, pero que hace falta experimentarla es que los hermanos no son perfectos, que no existe la comunidad perfecta. Es necesario saber dejar pasar muchas tonterías, muchos pecados, sin enfadarse, sin caer en el catarismo de buscar una comunidad perfecta. Pedro negó a Cristo, Pablo se enfadó tanto con Bernabé que decidieron irse cada uno por su cuenta, Pedro cayó en aparentar cumplir la ley mosaica y ahora son San Pedro, San Pablo y San Bernabé.

Muchas veces encontramos un grupo que nos llena de ilusión, pero pasado el tiempo nos decepciona porque cometen errores, no son suficientemente fieles a la Iglesia, a lo mejor, son un poco elitistas, quizás no saben respetar del todo la libertad, posiblemente sea un grupo demasiado cerrado, no acaban de ir todos a la reunión, no terminan de vivir conforme a lo que dicen, son algo progres o carcas, resulta que uno me hizo una faena y el cura no me defendió... Ya, pero son mis hermanos. SON MIS HERMANOS, SON MIS HERMANOS con quienes me quiere caminando mi Señor.

¿Dónde puedes vivir mejor esa fraternidad, en mi caso sacerdotal?

Pues allí te querrá Dios. Lo que pasa es que parece que Dios no acaba de aclararse con quién me quiere. O soy yo quien no acaba de escucharle y, poco a poco, te vas distanciando de esos sueños de comunidad cuando compruebas que cada vez tienes menos que ver con ellos. Como si de un modo muy sutil te dieras cuenta de que lo único importante en tu sacerdocio no es dar testimonio, ni tener éxito, ni cuidar de unos u otros, ni siquiera vivir la pobreza de un modo extraordinario, sino sencillamente servir donde Dios, a través de la Iglesia, te ponga. No se trata de vivir un carisma u otro, de decidir si tu espiritualidad es ignaciana u otra. En mi caso, todo se reduce a servir a las personas que Dios me confía. Lo que la tradición teológica llama la caridad pastoral y ni aún esto lo vivo bien... ¡Imagínate!

¿Qué me aportaría la consagración religiosa? Entrar en una comunidad más reglada, más seria, mejor... Más orden, una mayor eficacia apostólica, unos medios ascéticos y místicos superiores a los que ahora tengo a mano. Siempre que he vivido en comunidad me ha resultado más fácil la lucha... Pero, ¿dónde?, ¿cual es la comunidad más indicada para mí? No pego en ninguna. Al final siempre hay un punto con el que no me identifico.

Al final, te vas dando cuenta de que no se trata de un grupo u otro, sino de que Dios te ha ido poniendo en tu lugar y allí estás bien, mientras puedas cumplir su Voluntad. Todo lo demás, Dios te lo va dando para alimentarte de un modo u otro, pero Dios ya me ha dado una comunidad. Quizás coja, mastuerza, muy disoluta y con mil carencias, pero me ha puesto en un presbiterio con un obispo que por mucho que se empeñe, está al frente de un colegio presbiteral pelín "curioso" como mínimo...

Aquí me quiere Dios. Mañana, ya veremos, pero hoy soy sacerdote diocesano. Más cutre, con menos formación que otros, más solo, a veces, que la una (nunca estoy solo si estoy con Dios, pero a veces parece que no le encuentro...), más tonto, con menos medios y siempre peor estimado que otros... Pero soy cura. Sin más. ¿De qué eres? Pues mire, no soy de nada o soy de todos... Tengo un poco de misionero de la misericordia, un ramalazo del Opus Dei, me encantan los cursillos de cristiandad y tengo muchos amigos del camino neocatecumenal, además mi corazón es ignaciano y mis entrañas franciscanas... No se trata de no ser de nadie para ser de todos, eso es una estupidez. Se trata de dejarte llevar por Dios para que todos saquen provecho. Eso es lo bueno de ser un poco cerdo. Todo se aprovecha. Los curas somos un poco cerdos. Je, je... (Sólo hace falta ver cómo comemos cuando nos juntamos).

El Papa, cuando le preguntaron por el celibato sacerdotal, habló de la necesidad de una cierta vida común, cuando vivamos de verdad la fraternidad sacerdotal será todo más fácil, tenía razón. Cuando vives con el corazón lleno no buscas compensaciones. ¿Buscas a los demás o vives aislado de todos sin compartir la vida? Entonces ya sabes que tienes un problema. Los curas nos necesitamos entre nosotros, lo que pasa es que no hemos encontrado el sistema ideal.

Todos deberíamos tener una cierta convivencia, no sólo es más evangélico (Jesús los llamó a cada uno, pero para constituir un grupo), sino que la convivencia te obliga a salir de ti y de tus manías, darte a los demás y dejarte limar por los otros.

¿Dónde?, ¿Con quienes? En principio, yo salgo de una parroquia donde he convivido en cierto modo con don Amadeo, con don Javier y con don Juan y voy a otra parroquia en la que trabajan juntos tres sacerdotes: don Manuel, don Francisco y don José Ignacio.

Realmente, un sacerdote diocesano puede decir que su comunidad es su parroquia, los curas con los que trabaja... pero nunca serán una comunidad tan lograda como una comunidad de religiosos. Esa es la cojera permanente de un sacerdote, la falta de comunidad. ¿Cómo lo solucionamos? Como podemos, como lo hacemos todo, tirando p'alante, que es gerundio y que Dios ponga el resto.


Es curioso, mientras releía el artículo antes de publicarlo, me venían a la cabeza mis amigos sacerdotes de Madrid: don Antonio Barcala, a quien le limpé una vez el culete en la residencia San Pedro y le ayudaba a celebrar la Misa hasta que murió; Miguel Lozano con quien comí ayer; Mario Palacios con quien me voy a un japonés, de vez en cuando; Jesús Higueras, que salvó mi vocación; don Fidel Herráez, quien siempre estuvo cerca cuando yo estaba lejos; Jesús Miranda, el párroco buenazo de mi parroquia de origen; Nacho Andreu, con el que me voy de cañas alguna noche aciaga; mis compañeros de curso; y otros tantos... Y te das cuenta de que aunque no haya una vida en comunidad al estilo religioso. Los curas solemos ser muy amigos unos de otros y si cuidamos a amistad, al final nunca estamos solos. Es una ilusión que trata de imponernos Satanás... pero cuando tengo un problema siempre he tenido a mis mejores amigos cerca... ¡Y son otros curas! Gracias, Dios mío, por darme la fraternidad sacerdotal mejor del mundo: mis amigos.


Sinceramente, hay que reconocer que aunque teológica y sacramentalmente somos una verdadera comunidad, es cierto que no conseguimos vivirlo de un modo plenamente satisfactorio. ¡Ése es nuestro auténtico talón de Aquiles!

Los religiosos son un testimonio de a lo que hay que tender, de que es posible el Reino de Dios, pero no todos tenemos esa llamada de Dios. Aunque yo creo que todos estamos llamados al amor concreto, al amor en acto. ¿A quién estás dispuesto a amar? ¿Por quién estás dispuesto a sufrir?

Aunque a veces tu mayor tesoro sea tu cruz, vale la pena luchar por sacar las cosas adelante. ¿No os parece? ¿No os parece que lo más bonito es luchar por tu comunidad: tu matrimonio, tu familia, tu noviazgo, tu parroquia o tu institución-movimiento, tus amigos, tus compañeros de trabajo? Si lográramos amar a cada persona que Dios nos ha puesto cerca, parece que eso sería lo mejor que podríamos hacer con nuestras vidas... Crear comunidades de hermanos para mostrar a Dios al mundo, que es posible vivir amando.

Un fuerte abrazo

P.D.- He intentado corregir el estilo, pero como siempre entro agotado al blog, más que corregir nada lo estropeo más, así que lo dejo definitivamente. Dos conclusiones:

1.- La vida religiosa es una maravilla, es el canon que nos muestra a donde tenemos que dirigir la mirada. es posible el Reino de Dios en esta vida y en la otra. No pertenece a la esencia de la Iglesia, pero sin ella nos faltaría el corazón.

2.- Algunos curas somos tan desastres que no estamos llamados a una vida tan gloriosa y nos tenemos que conformar con pretender convertir un presbiterio diocesano en nuestra comunidad, en mi fraternidad. Lo consiga o no, son siempre mis hermanos, aunque estemos peleados. Lo mío no es un carisma concreto, sino hacer lo que mi Señor me pida. Unos serán soldados de vanguardia, otros serán zapadores, alguna línea de tanques pánzer tendrá que haber, otros servirán de muro de contención. Yo creo que alguno tendrá que llevar el cubo de la basura...

3.- Tanto los que puedan vivir la vida consagrada, como el resto de los mortales iremos al cielo si conseguimos amar en cada acto que realicemos. Si vivimos con Cristo y servimos a Cristo. Cristo es el importante, pero si tiene a bien invitarte a la vida religiosa... ¡No lo dudes! Te invita a un puesto de honor. Como dice San Ignacio: mientras tenga a bien recibirte en tal vida y estado. Es Jesús quien elige y tú puedes decir sí o no.

En todo caso, no te quedes solo, Dios te ha creado como miembro de una familia, la familia de sus hijos... La Iglesia. Aquí se admiten a los paracaidistas, las tropas de asalto, veteranos tullidos y agotados, incluso francotiradores; siempre y cuando no pierdan la comunicación con el mando central.

A la postre, como siempre hacemos todos lo que podemos. ¡Que Dios nos asista! (y nos pille confesados)...

viernes, 29 de julio de 2011

Intermedio. La boda de Luís Alonso. J Gimenez. Lucero Tena


Excelente interpretación, castañuelas fantánticas....

Si es que estoy como unas castañuelas porque una amiga mía entra de monjita en la Compañía del Salvador mañana mismo, bueno, mejor dicho, hoy a las 18:30. Ya os contaré...

Un fuerte abrazo y que disfrutéis con la "Boda de Luis Alonso"

domingo, 24 de julio de 2011

¿Por qué España no nos da derecho a casarnos con un matrimonio indisoluble? ¿Por qué todo tiene que ser tan aberrantemente mierdero?


Es hora de replantearse el divorcio

ABC Familia, 22/07/2011
ES HORA DE REPLANTEARSE EL DIVORCIO.
En 1981 se introduce el divorcio en España, un divorcio teóricamente excepcional y causal, para resolver los casos más dramáticos de ruptura matrimonial  según los promotores de la reforma que mienten sobre la decenas de miles de matrimonios que – según ellos- están esperando esa ley para regularizar su situación. Aprobada la ley del divorcio, no aparecen por ningún lado esas decenas de miles de parejas que estaban ansiando divorciarse según el Ministro de turno, como aprobada la ley del aborto no aparecieron por ningún lado los 300.000 abortos “clandestinos” que el Gobierno decía querer legalizar o como, aprobado el “matrimonio homosexual”, no salió a la luz ese 10% de la población presuntamente gay que -según el Gobierno- esperaba la ley para regularizar su situación afectiva. En todos estos casos la secuencia propagandística es la misma: al servicio del prejucio ideológico del gobernante se miente descaradamente sobre el porcentaje de la población “interesado” personalmente en la reforma, se hace la nueva ley, la mentira y el engaño se olvidan y la sociedad se acostumbra a las nuevas leyes que –pedagógicamente- van cambiando la mentalidad social y la realidad regulada con un altísimo coste humano del que nadie quiere hacerse responsable y del que nadie habla: crecimiento de los divorcios, banalización del matrimonio, pobreza femenina,  caída de la nupcialidad, niños privados de su ambiente natural de acogida, incremento imparable de los abortos, introducción en la escuela de los antivalores de las nuevas leyes como si de la normalidad ética se tratase, etc.
Con el divorcio en España se ha cumplido la secuencia previsible y repetida una vez y otra en nuestro país y en otros de nuestro entorno en el proceso político de reingeniería social que pretende suplantar la construcción humanista de la civilización occidental sobre el hombre, sus derechos y la familia, por la nueva visión derivada de los prejuicios antropológicos del antihumanismo racionalista contemporáneo, sea en su versión ilustrada, marxista o –actualmente- laicista de género.
Asentada en la conciencia social la ley de 1981, se da el paso siguiente con la ley de 2005 de “divorcio exprés”: se sustituye el divorcio-remedio de 1981 por el divorcio-derecho subjetivo. Desde 2005 todo cónyuge puede romper su matrimonio a partir del tercer mes desde la boda sin necesidad de alegar causa alguna para ello aunque el otro cónyuge se oponga: ya el matrimonio no es un derecho; el divorcio es el derecho. El matrimonio ha pasado a ser un verdadero “contrato basura”, el contrato menos protegido por el Ordenamiento jurídico de todos los existentes, el más fácilmente anulable (divorciable) de todos. Nada de extraño que ya poca gente se case y que haya más divorcios que bodas: “ese” presunto matrimonio que ofrece la ley vigente es algo artificial, poco atractivo y frívolo, que no suscita el interés de quienes de verdad quieren “matrimoniar”.
Sin embargo, la inmensa mayoría de la gente, cuando se casa, quiere hacer algo muy serio, algo que le compromete para siempre y desearía que el Derecho dé relevancia a esa voluntad. Por eso, desde el Foro de la Familia proponemos que la ley reconozca – además del actual “contrato basura”-, un matrimonio serio, blindado, protegido, un matrimonio alianza que no se pueda romper y se acomode en su régimen jurídico a lo que es la voluntad matrimonial habitual de los que nos casamos en serio. Así podríamos elegir y se aumentaría la libertad: quienes quieran el actual “contrato basura” podrían acogerse a él en libertad y quienes quieran acogerse al régimen de una alianza matrimonial seria y blindada podrían también hacerlo. No habría imposiciones para nadie, habría libertad mayor para todos y ayudaríamos a ir recuperando la seriedad antropológica y jurídica del matrimonio, revirtiendo el triste proceso que vivimos en los últimos 30 años de divorcio en España.
Benigno Blanco,
Presidente del Foro de la Familia
ABC Familia, julio 2011
Benigno Blanco,
Presidente del Foro de la Familia
Julio 2011, ABC Familia

martes, 19 de julio de 2011

La portada de la página web de mi nueva parroquia:

Ya es oficial


¿Qué pinta esta foto en mi blog?

En Septiembre, si Dios quiere, el vicario episcopal de la Vicaría noroeste de Madrid, don José Luis Huéscar, me envía a un nuevo destino pastoral.

A 18 kilómetros de Madrid, junto al Európolis, en la tercera salida de la carretera del Escorial, se levanta una esquinita de las Rozas, junto al cuartel de la Guardia Civil. En medio de este rincón de Madrid se alza una parroquia formidable, llena de familias, con un Centro de Orientación Familiar parroquial y un equipo formado por tres sacerdotes: don Manuel, el párroco; don Francisco, el primer vicario parroquial; y don José Ignacio Olmedo, un sacerdote relativamente joven (pasados los 40 ya no somos jóvenes, lo siento) que trabaja en los tribunales diocesanos y me consta que es muy bueno.

Pues a esa parroquia voy destinado, con cierto temor reverencial por el trabajo que se adivina y porque voy a estar rodeado por un equipo sacerdotal de primera (se van a notar mucho mis pifias), pero por esas mismas razones también voy encantado y con muchísimas ganas. También es cierto que da mucha seguridad no pedir nada y no rechazar nada. De este modo, te aseguras de que vayas donde vayas, será porque Dios quiere.

Curiosidades de la vida, dejo una parroquia monumental cuyo retablo principal es la Visitación de María a su prima Santa Isabel y llego a una parroquia moderna cuyo retablo principal, que da nombre a la parroquia, como en su día dió nombre al monasterio donde se sitúa Santa Bárbara, es la misma Visitación.

Ya os contaré más cosas sobre el tema, a medida que vaya sabiendo algo...


Alguien puede echar de menos que cuente algunas impresiones respecto al cambio de parroquia, pero todavía no veo maduro el tema.


Por cierto, mi nueva parroquia también tiene página web: Parroquia de Nuestra Señora de la Visitación

Un abrazo



A veces uno se desorienta...

Cuando llega el calor del verano y la actividad parece que se apacigua, pero quedan miles de pequeñas cosas que debes hacer porque a lo largo del curso no has podido, cuando uno parece que ya no puede dar un paso más y haciendo recuento parece que no has hecho sino meter la pata durante estos dos años... SÓLO QUEDA DECIR: DIOS MÍO TEN MISERICORDIA DE MÍ, PROTEGE A LOS QUE HE PODIDO HACER DAÑO ESTE CURSO Y dejar de hacer examen de conciencia unos días porque te das cuenta de que no estás siendo objetivo.

Hoy he celebrado un funeral por una amiga mía. Cuando la trasladaron al hospital no me acerqué a verla: primero porque no me daba la vida para más; después porque estaba de campamento y no podía dejar a los chavales colgados cuando encima tenía que volver todos los días a Madrid para celebrar la Misa; y, al final, porque me dijeron que ya no reconocía a nadie. Siempre hay alguna excusa, el hecho es que no fuí a verla. También es cierto, que gracias a Dios, un sacerdote amigo mío la estaba atendiendo diariamente en el Ruber.

Espero que Celia me perdone desde el cielo, me ayude e interceda por mí ante el Padre para que desde ahora cumpla mejor con mi ministerio sacerdotal.

Al final, sólo puedo hacer un propósito: desde ahora no pienso liarme con cien mil apostolados, me ceñiré a mi parroquia. Un cura tiene que saber humillar el tiempo. Tú tienes tu tiempo y Dios tiene su eternidad.

Dios mío, te doy las gracias por todo lo que he podido trabajar este curso, por todas las personas que se han aprovechado de mi ministerio y te pido perdón por todo cuanto me he reservado. Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero.

Por lo menos he podido celebrar el funeral en el tanatorio, gracias a que su familia es fenomenal y no guardan rencor por mi negligencia. Ha sido todo un honor poder acompañar a Celia hasta las puertas del cielo con el sacrificio de Cristo. No hay nada más grande que podamos ofrecer a Dios en sufragio por el alma de una persona querida, que toda la Sangre de Cristo derramada en la Cruz por Celia. Una vida para amar. ¡Qué poco es una vida para amar!

Un abrazo

sábado, 16 de julio de 2011

¿Cuándo vas a hacer ejercicios espirituales o un cursillo de cristiandad?

¿  T I E M P O   P A R A   D I O S  ?


Demasiado TEMPRANO
 para pensar en Dios
Demasiado SATISFECHO
 para pensar en Dios
Demasiado FELÍZ
 para pensar en Dios
Demasiado OCUPADO
para pensar en Dios
Demasiado CANSADO 
para pensar en Dios
Demasiado TARDE
 para pensar en Dios

¡TÚ SÍ TIENES TIEMPO !

Un poco sobre la Pasión de nuestro Señor Jesucristo:

viernes, 15 de julio de 2011

Mi campamento con las ALEVINAS:

Es la primera vez que hacía un campamento sólo para niñas. Había hecho campamentos sólo con niños; con niños y con niñas... Pero nunca había ido sólo con las niñas. Ha sido una experiencia enriquecedora.

Este año me ha servido para forjar la teoría que he expuesto más abajo. Hay un momento para todo, pero la formación, por estructura personal, es mejor que los niños estén con los niños y las niñas con las niñas. Hasta la edad en que puedan comprenderse, aceptarse y descubrirse con admiración.

Pues bien, los juegos, las actividades y todo en general estaba encauzado de un modo muy femenino, que no cursi. Incluso en el desarrollo de los juegos, quedaba claro que son niñas las que juegan, orgullosas de ser niñas y que no se cambiarían por ningún niño. Juegos que podrían llamarse "Dragones y Mazmorras" para los niños, las mandos, respetando el mismo ser del juego le llamaban "La Bella y la Bestia".

Estaba claro que se estaba formando a niñas.

Con mucha dulzura, sin gritos, ni estridencias se las iba llevando por donde las mandos querían. Con mucho cariño y con poca rudeza, aunque sí con firmeza. Sinceramente, si yo tuviera hijas desde ahora las llevaría a campamentos sólo para niñas. Dos de mis sobrinas han venido y sin conocer a nadie antes, han regresado encantadas y con un porrón de amiguitas con las que quieren conservar el trato durante el curso.

¿Será porque sólo han hecho juegos? Mis sobrinas han estado en campamentos del ayuntamiento, con más medios que nosotros y que sólo se dedicaban a jugar durante todo el día y no disfrutaban tanto como de este campamento de la Congre. Y formaban ante la bandera de España, ofrecían el día al Sagrado Corazón, tenían una catequesis diaria, por supuesto Misa diaria, rezaban el Rosario todos los días, hacían cada noche un examen de conciencia y hasta buscaban visitar a Jesús alguna vez cada día sin que nadie se lo mandara. Ha sido un campamento muy completo. Se les han ido inculcando ciertas virtudes y han hecho juegos, excursiones, talleres, se lo han pasado pipa ensuciándose en un juego guarrísimo... Han visto como sus mandos se echaban chocolate por encima y se enzarzaban en una batalla campal divertidisima... Vamos, que se los han pasado pipa y el cura tuvo que huir para que no le echaran litros de chocolate por encima...

Las niñas estaban super tranquilas, no les han dejado un minuto solas y las mandos les han cuidado material y espiritualmente. Han hecho un apostolado magnífico, sin pensar que eso es cosa del cura. Han triunfado manifiestamente, aunque a veces, se refugiaban demasiado en la cocina para descansar y echarse un pitillo...

He terminado super orgulloso de las mandos que hemos llevado y las más jovencitas nos han demostrado que eran dignas de la confianza que la jefa Marta Sastre depositó en ellas. Ojalá pudiera volver a ir de campamento con ellas, pero parece que no va a ser posible. Que Dios os bendiga y os guarde.

ALEVINAS DE LA ASUNCIÓN Y SANTA BEATRIZ DE SILVA...

¡POR CRISTO, POR LA VIRGEN, POR ESPAÑA!

¡MÁS, MÁS Y MÁS!