Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

lunes, 30 de enero de 2023

¿Todo lo que dice el Papa va a Misa?

 Si Dios quiere, volvemos a escribir en este blog. Creo yo, que por las noches puedo volver a dedicar un rato a esta parroquia digital.





En principio, quería dejar claro qué es y qué no es el Magisterio Pontificio.

Podríamos definir cuatro grandes bloques de intervenciones del Papa:

1.- Las dos primeras son de magisterio INFALIBLE Y DEFINITIVO. La primera son todas aquellas enseñanzas que afectan directamente al depósito de la fe: Sagrada Escritura y Sagrada Tradición. Si un Papa intentara corregirlas, incurriría en un error teológico y si fuera contumaz en ese error, entonces sería un hereje y no podría ser Papa, pues ya no sería miembro de la Iglesia. Esto lo enseñaba San Carlos Borromeo. Ejemplos de estas verdades son: el dogma de la Santísima Trinidad, la presencia real de Cristo en la Eucaristía, que Cristo es Dios, que la práctica de la homosexualidad sea pecado, que el matrimonio es para toda la vida entre un hombre y una mujer... Todo lo que se contiene en el depósito de la fe. Son DOGMAS.

2.- El segundo tipo de enseñanza pontificia, no tienen por qué ser dogmas, pero sí son enseñanzas definitivas y también son infalibles. Son verdades que aunque directamente no se sacan del depósito de la fe, si se coligen indirectamente o sirven para proteger las primeras. Ejemplos de estas verdades son: que la materia para confeccionar la Eucaristía es el vino natural de uva y el pan de trigo; que las mujeres no pueden ser ordenadas como sacerdotes u obispos. Son verdades que la Iglesia ha creído desde tiempo multisecular. Como las primeras, no importa en qué documento aparezcan, también podrían dictarse en una homilía (aunque por seguridad jurídica suelen cerrarse estos temas por escrito), pero no necesariamente tiene que ser en una constitución dogmática o en una encíclica. Lo importante es que en estos dos primeros tipos de enseñanzas, el Papa indica claramente que quiere que su enseñanza quede recogida como definitiva y que sea creída por toda la Iglesia Universal.


Estos dos rangos de verdades han de ser aceptadas, acatadas y creídas para ser miembro de la Iglesia Católica. Si alguien las cuestiona en público, debe retractarse o ser tenido por hereje y expulsado de la Iglesia.


3.- Lo que se llamaría el magisterio ordinario. No es definitivo y no es infalible. El Santo Padre sí tiene que tener la intención de ser obedecido por toda la Iglesia, aunque este magisterio puede estar equivocado. El papa se puede equivocar y aun así hay que obedecerle, pero tiene que querer obligar a esa obediencia. Un fiel cristiano no debe enseñar en  público en contra de este magisterio y debe acatar por la obediencia de la fe, aunque sí que es posible tratar de corregir al Papa, si uno en conciencia cree que está equivocado. Ejemplos de este magisterio es la insistencia del Papa por la ecología o que prediquemos homilías bien preparadas y que no pasen de 10 minutos.


4.- Por último, cuando el Papa habla a un determinado grupo o predica una homilía de diario, o escribe un libro, concede una entrevista o se enfrenta con los periodistas en un avión.... Cuando realmente da su opinión personal ante determinados temas, pero no quiere declarar algo de obediencia para toda la Iglesia, en ese momento, si te ayuda lo que dice, siempre y cuando no contradiga el magisterio anterior, pues muy bien, si no te ayuda, no te preocupes, no todo lo que dice el Papa exige acatamiento de la fe. Habitualmente, es muy raro que los Papas hablen "ex catedra", habitualmente tenemos magisterio de este tercer o cuarto grado.

Por último quería contaros un secreto: hace falta muy buena formación para no meter la pata nunca y cuanto más hablamos sin prepararnos más veces podemos cometer errores doctrinales. Así que una cuestión de prudencia es rezar por el Papa, para que sólo hable cuando se haya preparado el discurso, así no meterá tanto la pata doctrinalmente.