Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

sábado, 30 de abril de 2011

Pentecostés: la fundación de la Iglesia


Antes de nada, quería pedir perdón por el follón de los tipos de letra de la entrada anterior, pero es que "Blogger" es una basura de sistema y no hay modo de corregir las cosas. A ver si lo arreglan de una vez.


El segundo tema de las catequesis para el campamento de las Alevinas es Pentecostés.

¿Por qué fundó Jesús la Iglesia? Jesús fundó la Iglesia por una sencilla razón. Si no existiera la Iglesia, ¿podríamos tener contacto con Jesús? ¿Dónde podríamos encontrar a Jesús? En ningún lugar, por eso se reduciría todo a experiencias subjetivas. No tendríamos nunca la certeza de vivir con Jesús y todo se reduciría a la posibilidad de "sentirlo". Quien no tuviera una sensibilidad a flor de piel podría pensar que Jesús nunca viene a él.

Jesús se hizo hombre porque nos conocía bien. Necesitamos tocar, ver y oler. Tenemos cuerpo, carne y no somos espíritus puros, angelitos evanescentes. Así que tomó para Sí nuestra propia carne para que pudiéramos tocarle y verle.

Él sabía que ascendería al cielo, que ya no tendríamos su presencia "física" entre nosotros. ¿Cómo llegar hasta Él?, ¿Cómo saber que realmente nos perdona los pecados?

Por eso mismo, reunió unos hombres junto a Sí y les formó a lo largo de varios años y después les dió su propio poder. Los discípulos de Jesús podían expulsar demonios, igual que Jesús. Podían curar enfermedades, igual que Jesús. No sólo les enviaba a predicar, sino a realizar signos de modo que la gente pudiera comprobar que había llegado el Reino de Dios.

Poco antes de que nos dejara, envió a sus Apóstoles el Espíritu Santo, bajo lenguas de fuego y les dijo "a quienes perdonéis los pecados les serán perdonados..." Les da su propio Espíritu, de modo que a partir de entonces comprendieron su misión, les abrió el entendimiento para comprender la Escrituras y les dió autoridad para anunciar el Evangelio y realizar la salvación. Desde ese día, esos hombres cambiaron: hasta entonces estaban aterrados y encerrados en una casa por miedo a los judíos, desde entonces su vida cambió, el Espíritu Santo les dió la libertad, la alegría y la valentía que necesitaban, la audacia que desde entonces les caracterizó.

A partir de ese momento, quien quería ser curado, tenía que acudir a los Apóstoles, quien quería ser perdonado, tenía que acudir a los Apóstoles, quien quería conocer a Jesús, tenía que acudir a los Apóstoles...

En resumen, Jesús fundó la Iglesia para que continuara su misión en el mundo. ¿Cuál es la misión de Jesús? Anunciar el Reino y traer la Salvación a todos los hombres. Ésa misma es la misión de la Iglesia de Cristo, que subsiste en la Católica.

La misma Salvación de Cristo, la obtenemos gracias a la Iglesia. De modo, que la Iglesia no son los templos, sino la familia de los hijos de Dios, el Pueblo Santo de Dios, constituído en torno a los Apóstoles. Si quieres llegar a Cristo tienes que hacerlo a través de la Iglesia o como decía San Jerónimo: "Quien no tiene a la Iglesia como Madre, tampoco tiene a Dios como Padre".

Quien nos une a Cristo es la Iglesia, en virtud del Espíritu Santo que Dios otorgó a sus Apóstoles.

De algún modo, se puede decir que la Iglesia es el gran sacramento de Cristo. Si un sacramento es un signo visible que produce la gracia de Cristo, entonces la Iglesia (Cuerpo místico de Cristo) es un signo visible en nuestra carne pobre y débil, donde Dios realiza su Salvación.



Cuando ya Jesús iba a ascender al Cielo, nos hizo un último regalo, como ya prometiera en la Última Cena. Ese regalo fue el Santo Paráclito, el Espíritu Santo, quien obra la santificación de nuestras vidas. Quien consigue que podamos entrar en comunión con Cristo es el Espíritu Santo; quien consigue que seamos uno con Cristo, como Cristo es uno con el Padre, es el Espíritu Santo; quien consigue que yo tenga los mismos sentimientos de Cristo, es el Espíritu Santo; es el Espíritu Santo quien dirige la Iglesia; es Él quien salva al mundo a través de la Iglesia. Quien convierte el pan y el vino en Jesús es Él, quien perdona los pecados cuando el cura te da la absolución es él, quien transmite lo que Jesús quiere decirte en la oración es Él... En verdad, podría llamarse la Iglesia del Espíritu Santo.

Obra de la misma manera que antes lo hizo en Cristo porque Jesús realizaba sus signos con el poder del Espíritu Santo. También se le ha llamado en la tradición de la Iglesia el Espíritu de Cristo. Por eso es tan importante que tengamos una férrea devoción al Espíritu Santo, que es Dios. No es opcional.

Realmente, por el sacramento de la confirmación recibes el don del Espíritu Santo, mediante el cual el Espíritu Santo te configura más plenamente con Cristo, hace que cada vez te parezcas más a Jesús y que puedas llevar a cabo tu misión en el mundo, que no es otra que la del mismo Cristo. Eres miembro de Cristo: sacerdote, profeta y rey.

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