Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

sábado, 5 de febrero de 2011

¡Creo en la Iglesia y creo que es Santa!... A pesar de los pesares.

 Hay veces que uno tiene la tentación de mandarlo todo a la porra. Ves lo mal que funciona la diócesis, miras a la Iglesia con esperanza y ves que también funciona mal. Entonces te miras a tí mismo y descubres horrorizado que habría mil motivos para expulsarte del sacerdocio.

Los curas no obedecemos, buscamos nuestro rinconcito. Un sacerdote de un movimiento (hablo de un movimiento porque ya sabemos que los curas que sólo somos de Cristo... en fin, para qué hablar de nosotros) es capaz de decirle a su obispo que no quiere ser párroco de donde le pide su apóstol, que prefiere ser catedrático.

Estamos llenos de tapujos, de imperfecciones, somo débiles y empecatados... Quítate la venda de los ojos y mira que todos tienen ropa sucia en sus cajones, por no hablar de los armarios... Situaciones de preferir no destapar casos incómodos y dejar que haya curas que sigan destrozando parroquias... Y uno se mira a sí mismo y descubre que es el peor de todos.
¿Qué hacer? Dejar la Iglesia y pasarse a alguna comunidad protestante. Ya, pero es mentira. Huir de la católica y llevar el propio pecado a otra comunidad... Bueno, pero allí no hay obispos que manden... Bien, así seré yo el sátrapa que gobierne. No tendré quien me tosa y haré lo que me de la gana... Muy bonito.

En el fondo, descubres que no todo es mentira en la Iglesia. Que todo es débil, pero en medio de esa debilidad, Cristo sigue manifestándose. Si me voy de la católica, me quedo sin sacramentos, sin vínculo con los Apóstoles y sin unión completa con Cristo. Que Cristo en ningún momento nos dijo que tiviéramos que tomar ejemplo ni de los curas, ni de los obispos, ni aún del Santo Padre. Todos podemos condenarnos. Pero, a los Apóstoles les confió el "depósito de la fe" y los sacramentos como actualización de la Salvación que se nos dió en el Misterio Pascual de Nuestro Señor.

¡¡¡ ES QUE ESTOY HARTO DEL PECADO !!! Pues suicídate, porque vas a ver pecado hasta el final. Despiértate de tu sueño cátaro y prefeccionista. Aquí todos pecamos: desde el primero hasta el último y los santos también habian pecado.

Pero es posible ser fiel, no pactar, aunque a veces caigamos. Es posible levantarse, ser creativos, evangelizar y mirar a los ojos a Cristo, gracias a la Iglesia. Entonces, descubres que la Iglesia no es santa porque no haya pecado en ella, sino sólo por Cristo. Cristo santifica a la Iglesia y me purifica a mí mismo.

Al final, los dos únicos motivos por los que sigo siendo católico son el "depósito de la fe",esto es la apostolicidad de la Iglesia y los sacramentos, como la gan obra de Dios permanente entre nosotros. A mí sólo me salva Cristo, a través de la Iglesia, aunque el cura con el que me confiese esté en pecado mortal.
Dios se ha comprometido conmigo a darme su gracia, a través de la carne debil y tumefacta de ese sacerdote condenado. Él se condenará, pero a mí me va a llevar hasta el cielo.

Con esto, no estoy haciendo ningún juicio sobre mi director espiritual, que es estupendo.

¡GRACIAS A DIOS QUE EXISTE LA IGLESIA! Aunque los hombres de Iglesia no tuviéramos salvación.

Ya sé que no vivo lo que predico. Entonces, ¿por qué predicas? Porque si sólo contara lo que yo vivo, a ti te impediría vivir lo que yo no vivo. Quizás tú puedas remontarte por encima de mi pecado y llegar al cielo. ¿Por qué voy a impedir que conozcas la verdad completa porque yo no la viva?

Yo no debo predicarme a mí mismo, predico a Jesucristo. Ésa es la maravilla de la Iglesia. Nos llega Cristo intacto, a través de una cadena, a veces, escandalosa de testigos. El depósito de la fe es el mismo ayer y hoy y siempre, porque Cristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Siempre que alguien se ha separado de la Iglesia ha terminado por negar hasta el mismo canon de las Escrituras. Las que no le gustaban, las convertía en un mito, en un canon dentro del canon, en agregaciones post-pascuales de la primera comunidad... Lo que hiciera falta por quitarse de encima la Carta de Santiago, o la Carta a los Hebreos... (¿verdad profesor Gesteira?). Es la Iglesia la única comunidad que ha tenido la decencia de decir "Ésta es la verdad, señores. La verdad completa, aunque no me sienta capaz de vivirla en plenitud".

Ésta es la Iglesia en la que yo quepo. La de los perfectos no es para mí, yo necesito una Iglesia de pecadores porque, reconozcámoslo con claridad, SOY PECADOR necesitado de salvación. Sólo Cristo puede salvarme y me salva a través de la Iglesia.

Aunque también reconozco que Dios es más grande que la Iglesia y aunque se compromete con los sacramentos, hay circunstancias especiales en las que Dios regala su gracia aun sin los sacramentos, superando la economía sacramental.

VIVA DIOS, VIVA CRISTO Y VIVA LA IGLESIA QUE CRISTO Y EL ESPÍRITU SANTO FUNDARON. La Única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Católica.

Un fuerte abrazo para todos los pecadores. A los santos no, que no quiero mancharles.

4 comentarios:

  1. Desde pequeña aprendí una cosa que siempre me acompaña:
    "No cansarse NUNCA de estar empezando SIEMPRE"
    Gracias D.Borja por todo lo que nos ha escrito éstos días.

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  2. La ultima foto es del regreso del hijo pródigo, verdad?
    Me recomendaron éste libro:" El regreso del hijo pródigo"( Henri Nouwen), y tiene la foto en la portada. Me imagino que lo ha leído. Un tesoro!.

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  3. Respecto a la pregunta de la última imagen del artículo es un cuadro de Rembrandt que usaron para la portada del libro "El regreso del hijo pródigo" de Nouwen.
    Sí que he leído el libro y es muy bueno. Quizás demasiado sentimental, pero en la vida todo se puede completar. Lo cierto es que ha hecho mucho bien a muchas personas y en la vida también hay que contar con los sentimientos, sino sería todo aburridísimo.

    En definitiva, es un libro fantástico.

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  4. Por otro lado, quisiera dar las gracias a la persona que ha escrito el otro comentario. Por supuesto, es necesario levantarse y recomenzar una vez más que lo que hayas caído. Con eso, nos salvamos. Sólo una vez más, que lo que hayas caído.

    En fin, por desgracia no puedo invitaros a una cervecita porque todos sois anónimos, pero va un avemaría por cada comentario.

    Un abrazo

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