Sí, ya sé que el artículo anterior es demasiado largo para publicarlo en un blog, pero es que es excelente para comprender por qué hoy en día es tan difícil integrar la sexualidad en la propia vocación personal. Vivimos inmersos en una cultura que ha convertido una parte fundamental de la vocación al amor en un mero objeto de consumo y eso entorpece cualquier relación sana. Por eso, debemos reconquistar nuestro propio corazón y eso sólo lo lograremos con el auxilio de la gracia, la única potencia capaz de redimir mi corazón. "¿Quién me librará de este cuerpo, esclavo de la muerte?", preguntaba hoy el Apóstol y se respondía a sí mismo exclamando: "¡La gracia de Dios, por medio de Jesucristo, nuestro Señor!".
Es una ayuda para todos los que queremos vivir nuestra sexualidad cimentada sobre la propia vocación al amor.
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