Decidme si hay algún Cristo que se alegre más por salvarte que Él.
Al final, me las componía muy felices pensando que me iba a Javier con dos jóvenes muy majos, cuando de prento se me han multiplicado.
Ahora, somo siete personas las que peregrinamos a Javier. Siete los que cruzaremos estas puertas santas para acudir a nuestra cita con nuestro Señor. Siete que es número de plenitud. Siete magníficos.
En fin, ya llueva o nieve, haga frío o sol vamos a disfrutar como enanos, vamos a preparar la Cuaresma y vamos a rezar con toda paz, sin tener nada más que hacer, salvo alabar, bendecir y dar gloria a Dios nuestro Señor y así salvar nuestras almas.
Esta foto es la de la entrada a la basílica donde se custodia la imagen del Cristo de Javier:
¡Por Cristo, por la Virgen, por España! ¡Más, más y más!
El plan de la peregrinación es muy sencillo:
El viernes a primera hora de la tarde salimos a Pamplona.
Llegaremos de noche, tendremos una celebración de la penitencia y cenaremos.
El sábado nos levantaremos prontito y comenzaremos la peregrinación hacia Sangüesa, tedremos algún ratito de oración, mientras caminamos.
Al llegar a Sangüesa celebraremos la Misa y tendremos una vigilia de oración.
El domingo por la mañana, haremos con miles de jóvenes de toda España, el Via Crucis de 8 kilómetros desde Sangüesa hasta Javier y celebraremos la Eucaristía con el obispo de Pamplona.
Al terminar, trataremos de llegar a la basílica para rezar al Cristo y nos volveremos a Madrid.
Llegaremos hacia las 22:00 o 22:30, más o menos.
Un fuerte abrazo
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