Dos acontecimientos recientes me han llevado a recordar una anécdota que les voy a contar.
Los acontecimientos son estos: de una parte la actitud de esas mujeres y hombres que asaltaban una capilla, primero, hace algo más de tiempo, enBarcelona y luego más recientemente aquí en Madrid en la facultad de Políticas seguida de otra en la facultad de Geografía e Historia, calificada por ellos mismos de manifestación comunista, “cacerolada” la llamaron y, además, como réplica a la misa de desagravio oficiada por Mons. Cesar Franco. Esto de una parte; y de otra, el estreno de la película “Encontrarás Dragones” donde se nos cuenta un retazo de la vida en tiempos de la guerra civil de un santo español, Escrivá de Balaguer, el que en 1928 fundara el Opus Dei.
La anécdota que estos dos hechos me ha recordado es una que contó el que fuera sucesor de San Josemaría, Álvaro del Portillo, felizmente en proceso de canonización. El caso es que justo al año siguiente de acabar la guerra civil, la guerra que recoge la película de “Encontrarás Dragones” de Roland Joffé, el entonces joven sacerdote Josemaría Escrivá, tuvo necesidad de coger un taxi. Según su costumbre empezó a hablar de Dios a ese hombre, de la necesidad de ser buena persona, de ser honrado, leal, de hacer su trabajo por amor a Dios, etc. El taxista permaneció callado todo el tiempo. Al final de trayecto el taxista le preguntó: “¿Durante la guerra estuvo usted en Madrid?”- “Sí” contestó Escrivá. – “pues, qué lástima que no lo hayan matado”, le espetó el taxista. San Josemaría le pagó la carrera, bajó del taxi y acercándose a su ventanilla le preguntó si estaba casado y si tenía hijos. Éste le contestó que sí. “Pues tenga –le vino a decir dándole una generosa propina-para que le compre unos dulces a sus hijos”.
Esta es la diferencia entre lo que enseña la Iglesia Católica a sus fieles, fundada en el amor, y lo que enseña una ideología fundada en el odio. ¡Qué feliz coincidencia, para ayudarnos a reflexionar, el estreno de ésta película con esos ataques a los católicos.
Mientras leía la anécdota de San José María iba pensando lo que yo haría y hubiera sido bajarme del taxi, negarme a pagarle la carrera y luego despotricar en este blog del "fascismo ateo" que nos circunda, con lo que le habría dado la razón al taxista. En cambio, San José María hizo lo que Dios le pedía y no sólo eso, sino que le puso las cosas muy difíciles para que no se confesara con él. De ser yo el taxista me habría confesado con San José María, después de tragar saliva.
En definitiva, que o somos santos o estamos perdiendo el tiempo.
Un fuerte abrazo
Vi la peli " Encontrarás dragones" . Iba " de uñas" , y me encontré que algo despertó la curiosidad por conocer a San Josemaria.
ResponderEliminarMe he leído un libro que se llama " Soñad y os quedareis cortos" ( Pedro Casciaro), me gusto muchísimo mas que la pelo.
Gracias por seguir escribiendo, aunque comentemos poco.
Es que es un libro excepcional. Yo me lo leí cuando era numerario del Opus Dei y me emocionó y me hizo desear con toda el alma vivir la aventura de sacar la voluntad de Dios adelante, hasta el último aliento, ¿verdad?
ResponderEliminarRespecto a lo de comentar, no pasa nada. En realidad, suscitar tanto el interés del público que se vean impulsados a comentar una entrada, es un arte que yo no tengo. Esto es un blog sencillo, en el que hacemos lo que podemos con cariño y amor de Dios.
ResponderEliminarPues a mi me encantó el libro, he descubierto éso mismo , unas personas nada pendientes de resultados, solo unos " locos por la vida y por el Señor".
ResponderEliminarEspero que se me pegue algo. Personalmente me cuesta identificar ese espíritu de los primeros con la mayoría que conozco ahora, aunque he conocido dos personas impresionantes!
Nos quedamos con lo positivo, verdad?
Y respecto al tirón del blog, como decía un cura que conocí hace muchos años:
Cristo y yo : mayoría absoluta!
No seas muy duro. Piensa que en un libro se dice lo que se quiere, pero seguro que en medio del oro, también habría algo de ganga. En ningún lugar vas a encontrar oro puro, siempre estará mezclado con nuestros pecados. Lo importante es que no nos quedemos tirados a la vera del camino,sino que nos levantemos una y otra vez. Decía el Papa el miércoles pasado que la santidad no está en lo extraordinario, sino en cumplir la Voluntad de Dios. ¡Es tan fácil engañarse!, ¿verdad?
ResponderEliminarPues nada, tú y yo a lo nuestro que e sacar la Iglesia adelante.
¡Ánimo y al toro! Un fuerte abrazo y santa Semana Santa.