Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

domingo, 12 de junio de 2011

Conversaciones con mi madre:

Una razón por la que merece la pena tener una familia numerosa:

El viernes fue mi cumpleaños y quedé con mis padres para comer. En principio iban a invitar ellos, pero me adelanté y conseguí que me dejaran invitarles yo. Uno ya va para mayor y de vez en cuando los regalos de cumpleaños hay que hacerlos a los padres. Sin ellos yo no sería lo que soy... De hecho, sin ellos yo no sería.

Aunque el restaurante donde comimos dejaba bastante que desear, por desgracia, nos lo pasamos "pipa". Nos reímos, hablamos y estuvimos un ratito mis padres y yo a solas. en una familia con once sobrinos y seis hermanos, no es fácil.

A lo largo de la conversación, hablamos de la generosidad para tener una familia numerosa y poco a poco, fueron llegando momentos muy interesantes. Lo que voy a contar es público y muy normal, con lo que no creo que nadie se ofenda si no soy demasiado "discreto".

Desde hace mucho tiempo, sé que mis padres no buscaban quedarse embarazados de mí, soy consecuencia del método de la temperatura. Hablando con mi madre, me decía que realmente los tres últimos hermanos fuimos concebidos arriesgándose. Pensaban que valía la pena arriesgarse y cuando se enteraban de la "noticia", aunque no les viniera bien por el dinero, nunca dejaron de alegrarse por cada uno de nosotros.

Hablando despacito mi madre me contaba que ya no entendía a mucha gente. Me consta que mis padres apenas han podido salir de viaje por nosotros. Mi madre nunca ha trabajado fuera de casa y aunque el sueldo de mi padre nunca ha sido pequeño, nos lo comíamos con voracidad. Además, antes no se podía dejar a los hijos con tanta facilidad en casa de los abuelos. Yo no recuerdo demasiados momentos en que mis padres "huyeran" de casa para realizar algún plan solos. Los planes casi siempre han sido familiares.

Pues bien, me decía mi mamá que ella daba muchas gracias a Dios por todos sus hijos, que los hijos te cambian la vida. Te encuentras con parejas que pueden pasárselo estupendamente con uno o dos hijos, pero cuando empiezas a tener una familia numerosa, comienzas a depender de Dios de una manera que antes nunca te habías imaginado. La familia te cambia la vida, no porque no puedas divertirte fuera de casa, sino porque no te lo planteas. Yo creo que ése es el secreto de la generosidad. Los padres de familias numerosas, se dan cuenta de que empieza a haber algo más grande que uno mismo por lo que merece la pena dar la vida y comienzan a entregarse más no sólo a los hijos, sino entre ellos. Te abre a una nueva dimensión: la entrega absoluta y hasta el final. Tu vida ya no es tuya.

Cuando la entrega es pequeña, las tentaciones son grandes. Cuando asumes que no te perteneces, nunca te planteas huir u otra vida diferente que tu familia. Es tu mayor inversión, lo más grande que tienes.

Gracias a Dios por mis papás y por mis hermanos, que siempre fueron mis mejores juguetes. Además, no se rompían. Se podían estropear, pero en seguida se arreglaban.

1 comentario: