Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿A qué viene la entrada anterior?

Porque salvando las distancias obvias, a mí me pasó lo mismo que al P. Cantalamessa. La primera vez que fuí a un encuentro de la RCCE me dieron unas ganas horribles de irme. Pensad que mi modo de vivir la espiritualidad hasta ese momento era todo lo contrario, además con mi lucha personal contra la "herética pravedad y apostasía" era impensable que pudiera fiarme de algo que se hubiera originado en las comunidades protestantes, más todavía en las evangélicas y pentecostales... Pero por obediencia me quedé, hice el seminario en el Espíritu, recibí la efusión y desde entonces es el único modo de orar que realmente me aporta paz y tranquilidad.

Intento salvar siempre mis ratitos de oración, meditación y contemplación diarias, pero son los viernes cuando de verdad Dios llega hasta mí de un modo sensible. Hasta ahora nunca levantaba los brazos y cuando lo he hecho ha sido con una tremenda sensación de pudor... No va conmigo, pero realmente considero a todos los carismáticos "locos" mis propios hermanos. Hay que estar algo loco para pertenecer a semejante ganado, pero al fin y al cabo, algo tiene que sanar el Señor, ¿verdad?.

Un abrazo

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